domingo, octubre 01, 2023

CARCEL Y FABRICA

 

CÁRCEL Y FÁBRICA

1 Libro Autor Darío Melossi y Massimo Pavarini

Editor Siglo XXI

PRIMERA EDICIÓN 1980

 

LIBRO POR ENCARGO

LOS ORÍGENES DEL SISTEMA PENITENCIARIO (Siglo XVI – XIX)

Los dos ensayos que reúne este volumen están dedicados uno a las relaciones existentes entre cárcel y trabajo en Europa y en Italia, entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XIX, y el otro a las experiencias penitenciarias de Estados Unidos en la primera mitad del siglo XIX. Revisar los orígenes del sistema penitenciario en Europa y en Estados Unidos significa en realidad encontrar las razones de fondo que explican la crisis del sistema carcelario actual y plantearse el problema de la homogeneidad entre las instituciones carcelarias y los modelos económicos y políticos de nuestras sociedades

EN LA CONTRAPORTADA:

La cárcel como lugar donde se cumple una pena aparece como un “dato natural”: quien comete un delito “obviamente” debe cumplir la pena pasando parte de su vida recluido en ese espacio institucional definida como cárcel. ¿Por qué?

¿CUÁL RACIONALIDAD ESTÁ

DETRÁS DE TODO ESTO?

Los autores de este libro: CARCEL Y FÁBRICA; asumen tal interrogante “Ingenua” como punto de partida para el análisis de la institución carcelaria moderna “Descubren así que la cárcel es una creación relativamente reciente, que coincide grosso modo con la instauración, en la sociedad europea, del modo de producción capitalista. Apenas en el siglo XVII nace la institución carcelaria moderna en la que una humanidad generada por el mismo desarrollo capitalista (vagabundos, prostitutas, criminales, locos, bandidos, etc…) será encerrado y puesto a trabajar. De ahí que la experiencia carcelaria resulte indisolublemente relacionada con determinados datos macroeconómicos –como el mercado de trabajo-, pero sobre todo con la necesidad de transformar ex campesinos, devenidos proletarios móviles y sin trabajo en clase obrera

Entre “cárcel” y “fabrica” al principio no se observa ninguna distinción. Si bien ésta se manifiesta casi en seguida, la institución carcelaria permanece globalmente ligada al mundo de la producción, hasta llegar en la primera mitad del siglo pasado, al máximo esplendor del modelo penitenciario en los jóvenes estados norteamericanos

La reconstrucción histórica de este vasto proceso (la realidad europea desde el siglo XVI hasta la mitad del XVIII y la experiencia norteamericana del siglo pasado) es el objeto de este volumen. Pero no es sólo un interés histórico el que justifica este libro

Justamente hoy, en presencia de una vasta crisis económica y realidad penitenciaria está en condiciones de definir los espacios reales de un posible proceso de reforma de la ejecución penal

Discutiendo la tesis de una reciente publicación sobre la cárcel –Vigilar y Castigar de Michel Foucault, editado en español por Siglo XXI-, los autores intentan, por primera vez, realizar un análisis de tipo marxista del fenómeno carcelario, rechazando toda arbitraria y mecánica distinción entre estructura y superestructura, y viendo en cambio en los llamados “aparatos del estado” una componente orgánica del capital y del trabajo, teatro también ellos de la lucha de clases

Darío Melossi y Massimo Pavarini, redactores de la Questione Criminale, se desempeñan además como profesores en la catedra de derecho penal de la Universidad de Bolonia

EN LA PRESENTACIÓN:

Para el investigador (italiano) que esté interesado en los orígenes de las instituciones penitenciarias, el momento presente es un periodo interesante. En noviembre de 1976 se publicó por fin en Italia el texto de Foucault Vigilar y castigar. Y hoy aparecen, reunidos orgánicamente en un volumen, dos ensayos importantes de Darío Melossi y Massimo Pavarini: uno dedicado a las relaciones existentes entre cárcel y trabajo en Europa y en Italia, entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XIX, y el otro a las experiencias penitenciarias de Estados Unidos de América en la primera mitad del siglo XIX

El interés, por cierto, no es solamente histórico: revisar los orígenes del sistema penitenciario en Europa y en los estados Unidos significa, en realidad, encontrar las razones de fondo que explican la crisis del sistema carcelario actual, y plantearse el problema de la homogeneidad entre las instituciones carcelarias y los modelos económicos y políticos de nuestra sociedad. Al decir esto no queremos afirmar que cualquier investigación histórica deba tener, o tenga siempre, como finalidad una mejor comprensión del presente, pero los ensayos de Melossi y pavarini, y en otro sentido la obra de Foucault, son útiles para este fin, pues el método que utilizan suministra modelos de investigación susceptibles de aplicarse, en sus presupuestos generales, a sociedades y a periodos distintos de los que ellos examinan. La reflexión del momento actual se hace una consecuencia obligada, y ello les da a estas investigaciones una actualidad indiscutible

El dato común, que se hace evidente tanto en la obra de Foucault como en la extensa y en muchos sentidos original sistematización hecha por Melossi y Pavarini de un material bibliográfico poco conocido o desconocido por completo en Italia, es la inversión que hacen de un cierto modo de considerar a la cárcel como una institución aislada y separada del contexto social. La cárcel, y las demás instituciones de confinamiento, son lugares cerrados, y por lo tanto están aislados y separados de la sociedad libre, pero esta separación resulta más aparente que real, ya que la cárcel no hace más que manifestar o llevar al paroxismo modelos sociales o económicos de organización que se intentan imponer o que ya existen en la sociedad

Foucault por una parte, y Melossi y Pavarini por la otra, siguiendo métodos y proyectos ideológicos muy diferentes, llegan a la misma conclusión, que se puede considerar ya como el punto de partida de la investigación histórica actual de las instituciones penitenciarias. Para Foucault la cárcel es el mejor ejemplo del poder disciplinar ejercido en el contexto social por quien detenta el poder; modelo que asume aspectos casi metafísicos, y que pierde, precisamente por su abstracción y generalización, una dimensión histórica precisa. Foucault examina el nacimiento de las instituciones carcelarias y de las otras instituciones de confinamiento en Francia al final del siglo XVIII y principios del XIX, pero, para él, el haber descubierto el modelo de organización penitenciaria tiene tal importancia que pretende haber descubierto un esquema universal que se va a reproducir, sin modificarse, a pesar de los cambios que suceden en la sociedad francesa desde el principio del siglo XIX hasta nuestros días

Para Foucault importa más el descubrimiento de este modelo de control disciplinar y de sus mecanismos abstractos de funcionamiento que las modalidades concretas de gestión del sistema penitenciario y de los otros instrumentos de control social (escuela, hospital, hospicio, cuartel, fábrica, etc…) en el periodo que analiza. Así, no resulta sin fundamento preguntarse si efectivamente han funcionado los organigramas de control normal aplicados por la sociedad burguesa, e interrogarse también a qué exigencias de poder corresponde, y si concretamente han obtenido los resultados para los cuales se instituyeron

Muy distinto es el método que siguen Melossi y Pavarini en la individualización de las relaciones concretas existentes entre cárcel y organización económica y política de la sociedad. Para ellos la preocupación por situar la cárcel en un contexto histórico preciso constituye el hilo conductor de la investigación, a la vez que constantemente intentan comparar los esquemas teórico – interpretativos que proponen para explicar primero la génesis y después el desarrollo de los distintos sistemas penitenciarios y la concreta incidencia que tienen las instituciones penitenciarias en la organización económica y social que están analizando

Veremos cómo tampoco este método está libre de un cierto mecanismo, en particular para los periodos históricos y para aquellas realidades nacionales –entre las que se encuentran Italia- en las que las hipótesis de trabajo y las tentativas de explicación propuestas para otras situaciones encentran menos correspondencia en la realidad concreta. Pero, de todos modos, estamos frente a contribuciones de gran interés que estimulan el análisis de las relaciones existentes entre la cárcel y las diferentes situaciones socioeconómicas, y el papel que desempeñan actualmente las instituciones penitenciaritas

Este método de trabajo aparece claramente desde las primeras páginas de la obra de Melossi Carcere e lavoro in Europa e in Italia nel periodo della formazione del modo di produzione capitalistico (Cárcel y trabajo en Europa y en Italia en el periodo de la formación del modo de producción capitalista). Los Bridewells y los Workhouses de la Inglaterra Isabelina, como los Rasp-huis de Ámsterdam, se encuentran y se conectan con exigencias económicas y de mercado muy precisas, en una perspectiva completamente nueva, al menos en el contexto de la bibliografía carcelaria italiana

Los orígenes del internamiento obligado en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XVI, en el que se recogen ociosos, vagos, ladrones y delincuentes menores para obligarlos a hacer trabajos forzados bajo una rígida disciplina, y la multiplicación siguiendo el modelo que se experimentó en el castillo de Bridewell, de correccionales en numerosos lugares de Inglaterra, se consideran a la luz de las hipótesis de Marx, tan avanzadas en su tiempo, sobre la necesidad de enfrentar con instrumentos represivos a las grandes masas de ex trabajadores agrícolas y de desbandados que, como consecuencia de la crisis irreversible del sistema feudal, se desplazan hacia las ciudades, sin que la naciente manufactura sea capaz de absorberlos con la misma rapidez con que ellos abandonan el campo

En esta primera fase, la segregación no se debe tanto a una necesidad de destrucción o eliminación física sino más bien a la utilización de mano de obra, o quizás incluso a la necesidad de adiestrar para el trabajo manufacturero a ex campesinos reacios a someterse a los nuevos mecanismos de producción

Se hace el mismo análisis, de manera más cuidadosa, de las casas de trabajo holandesas de la primera mitad del siglo XVIII, de cuya organización emerge nítidamente que el propósito era el aprendizaje forzado de la disciplina de fábrica

Con toda objetividad se demuestra que este fin era más importante que el de control del mercado de trabajo, aunque no sea más que por la importancia relativamente restringida que en aquel periodo histórico tuvieron tales instituciones

La precisión es importante, porque cuando se cede a una excesiva sobrevaloración, generalización del fenómeno, se corre el riesgo, una vez encontrada una formula interpretativa, de extender su alcance y aplicarlo mecánicamente a situaciones en que la cárcel, o la casa de trabajo, si se prefiere, tiene dimensiones tan insignificantes que no es posible atribuirle funciones de control social o alguna incidencia sobre el mercado de oferta y demanda del trabajo

Habría que ser más bien cauto cuando se precisa que “el secreto de la Workhouses o de las Rasp-huis (…) consiste en representar en términos ideales la concepción burguesa de la vida y de la sociedad en preparar a los hombres, en concreto a los pobres y a los proletarios, para que acepten un orden y una disciplina tales que lo haga instrumentos dóciles de la explotación”, o en sostener tout court –y es la conclusión a la que llegan Rusche y Kirchheimer- que “la primera forma de la cárcel moderna (…) está estrechamente ligada con las casas-de-corrección-manufactureras”

Hacer esto es atribuir a la naciente burguesía manufacturera y a su organización social una importancia y una capacidad que en realidad sólo se dio en experiencias ciertamente emblemáticas, pero cuya importancia fue muy limitada cuantitativa y territorialmente.

La relación existente entre cárcel y mercado de trabajo, entre internación y adiestramiento para la disciplina fabril no se puede poner en duda después de la investigación de Melossi y Pavarini, pero al lado de esta lógica económica existen probablemente otras que no son simplemente coberturas ideológicas o justificaciones éticas. La clave para una reconstrucción de la función global de las instituciones segregatorias en el largo periodo de su gestión entre el siglo XVI y el siglo XVII, probablemente está en una perspectiva que considere también otros componentes, ciertamente contradictorios y menos racionales, que volvemos a encontrar en las actuales instituciones carcelarias y que abarcan un amplio abanico de motivaciones, a veces claramente misficatorias, pero una vez que otra reales, y que van desde las exigencias de defensa social hasta el mito de la recuperación y reeducación del delincuente, desde el castigo punitivo en sí hasta los modelos utópicos de microcosmos disciplinarios perfectos

Es cierto, sin embargo, que el análisis interpretativo que destaca las reducciones entre el origen de las instituciones carcelarias, la difusión de la pena consistente en detener al culpable y el modo de producción capitalista contribuye de manera determinante a la comprensión del fenómeno y desmantela definitivamente los mitos y los lugares comunes de la inmutabilidad de la cárcel a través de los siglos. En este sentido, es particularmente convincente la relación de interdependencia entre las cambiantes condiciones del mercado de trabajo, el brusco descenso de la curva del incremento demográfico, la introducción de las máquinas y el pasaje del sistema manufacturero al sistema de fábrica propiamente dicho, por un lado, y el súbito y sensible empeoramiento de las condiciones de vida en las cárceles, por el otro, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra y en los otros países europeos que se industrializan rápidamente. Es en este periodo, en efecto, cuando en las cárceles se dejan de practicar formas de trabajo productivo y competitivo y comienza a prevalecer un sistema intimidatorio terrorista de gestión que se perpetúa durante el siglo XIX y también posteriormente. La correlación entre los sistemas de organización carcelaria y las exigencias del despegue industrial y del control terrorista del proletariado, tiene fundamentos indiscutibles y se basa en situaciones de hecho, tales como el notable desarrollo cuantitativo de las instituciones carcelarias y las terribles condiciones de vida en las prisiones, descritas por reformadores del siglo XVIII, en primer lugar por Howard

La tentación de explicar según este esquema interpretativo otras situaciones en las que faltan los presupuestos económicos y productivos para llegar al sistema carcelario con la línea de desarrollo de la economía capitalista, hace menos convincente la investigación de la realidad italiana, y no tanto porque en la segunda parte del ensayo de Melossi éste se proponga a aplicar sus concepciones a las primeras experiencias italianas  del siglo XVI y XVII sino más bien porque al faltar los presupuestos económicos y sociales que hagan plausibles la explicación de la cárcel en función de las exigencias del mercado de trabajo y del modo de producción capitalista, no se plantean otra explicaciones tentativas. Se llega así a la necesidad de hacer referencias genéticas a exigencias de orden y de control social, las cuales por eso mismo son revaloradas, puesto que, aunque en forma extremadamente reducida y con una mínima incidencia cuantitativa, la experiencia de internación existe también en Italia

Estas limitaciones están en parte presentes en la indagación sobre periodos posteriores, desde el setecientos hasta las experiencias de los estados que precedieron a la unificación italiana. Hay que ser conscientes de la enorme dificultad que representa la organización de un material tan disperso y heterogéneo, debido a las distintas experiencias políticas que hubo y a los distintos niveles de desarrollo económico de los estados y regiones italianas, a lo que hay que añadir la carencia de intentos de sistematización o valoración crítica, por lo que se necesita, en primer lugar, recurriendo a las pocas fuentes existentes, completar la información necesaria para hacer la descripción de las instituciones carcelarias de internación existentes

A pesar de todas estas dificultades, en la parte final del ensayo aparecen algunas líneas seguras de interpretación, a partir de las cuales se puede concluir que en Italia nunca existió la fase histórica en la que la institución penitenciaria funciono como adiestramiento para la fábrica o como control del mercado de la fuerza de trabajo. En Italia, la cárcel, que nació notablemente más tarde que en otros países debido al retraso con que se inició el desarrollo de las manufacturas y por ende de las fábricas, tuvo inmediatamente la función represiva y terrorista que se le dio a principio del siglo XIX al internamiento en las naciones europeas más avanzadas. Se saltó así el pasaje, o la ilusión, si se prefiere, de utilizar la institución carcelaria en el cuadro de las exigencias de producción de la naciente economía capitalista

Esta hipótesis, que podría ser una explicación convincente del crónico atraso de las cárceles en Italia, desde su origen hasta nuestros días, se apoya en consideraciones de importancia, tales como la permanencia de las relaciones pre capitalistas en el mezzogiorno y la función que tiene el proletario meridional como integrante del ejercito de reserva laboral de la economía del norte del país y de los más avanzados países extranjeros a través del fenómeno de la emigración masiva. Las funciones de regulación del mercado de trabajo y de adiestramiento para la fábrica que, en ciertos periodos históricos y a veces de manera más simbólica que real, ha ejercido la cárcel en países con una estructura económica y social más homogénea, en Italia las suministraron otros instrumentos de control, entre los cuales sobresale la emigración interna e internacional. Cuando en la segunda mitad del siglo XIX algunas zonas de Italia alcanzaron los niveles de producción de otros países europeos, la cárcel se adecuará en toda la nación al modelo de instrumento terrorista de control social, sin que sea posible distinguir diferencia alguna de gestión entre las zonas industrializadas del norte y las más atrasadas del sur, ya que estaban unificadas bajo la misma administración centralizada de las instituciones penitenciarias

Convendría más bien preguntarse si esta tentativa de sistematización del origen y constante atraso del sistema carcelario italiano se da también en otros países de la cuenca del mediterráneo, en los cuales que se dio un atraso en el desarrollo económico similar al de Italia, como España, Grecia o Turquía. Si estas analogías se dieran reforzarían la hipótesis de una línea de desarrollo de la cárcel característica de los países subdesarrollados (evidentemente en los primeros decenios del siglo pasado), e inducirán a una profundización también en perspectiva comparada de la indagación sobre la situación italiana, hasta ahora demasiada relegada al ser comparada con el nivel notablemente más avanzado de la investigación en países en los que la cárcel tuvo funciones económicas y sociales que no tienen comparación o correspondencia, o en todo caso existe muy alejada, con la realidad italiana

Estas conclusiones problemáticas referidas a las vicisitudes históricas de las instituciones carcelarias italianas encuentran una explicación indirecta en los resultados a los que arriba Massimo Pavarini en su ensayo sobre “La invenzione penitentiaria: l´esperienza degli Stati Uniti De American ella prima mmeta del XIX secolo” (El origen de la penitenciaria: la experiencia de los estados Unidos de América en la primera mitad del siglo XIX). Y resultan más convincentes porque la historia carcelaria de los Estados Unidos cuenta no sólo con una vasta elaboración crítica, inexistente para la situación italiana, sino también con un desarrollo lógico y una articulación de los sistemas penitenciarios que ponen de manifiesto, fuera de toda discusión posible, las conexiones existentes entre la cárcel y el desarrollo económico de Estados Unidos del siglo XIX

El eslabonamiento entre las formas de control social y el tipo de economía agrario – familiar del periodo colonial, entre las primeras experiencias de internación del periodo posrevolucionario y su progresivo perfeccionamiento en función de las exigencias productivas del despegue industrial, están ampliamente documentadas y forman un esquema ejemplar de subordinación de la ideología punitiva y penitenciaria a las leyes del mercado de trabajo

Así, no es casualidad que sea en Estados Unidos, a fines del siglo XVIII y principios del XIX, donde se inventan y se experimentan en rápida sucesión histórica los dos sistemas penitenciarios clásicos de Filadelfia y de Auburn, en los cuales el trabajo reviste respectivamente una función punitiva o bien se organiza según esquemas productivistas y competitivos. Tampoco es casualidad que mientras en los Estados Unidos los dos sistemas se usan y se aplican hasta sus últimas consecuencias (basta pensar en la intervención directa de la industria privada en la organización y gestión del trabajo carcelario en el esquema del control system), en Europa, como lo hace notar muy bien Melossi, la discusión sobre los méritos y los dos defectos de los dos sistemas se desarrolla en un terreno perfectamente ideológico y moral. En efecto, en la Europa de la primera mitad del siglo XIX faltaban los presupuestos económicos y de mercado necesarios para cualquier utilización o instrumentación positiva del trabajo carcelario

Pero también en los estados Unidos, como lo muestra el mismo Pavarini, la relación directa entre cárcel y trabajo productivo tuvo una incidencia cuantitativa y temporal limitada, por lo cual más que hablar de la cárcel como fábrica de mercancías se debería hablar de la cárcel como productora de la cárcel como fábrica de mercancías se debería hablar de la cárcel como productora de hombres, en el sentido de transformación del criminal rebelde en un sujeto disciplinado y adiestrado para el trabajo de la fabrica

Esta conclusión permite a Pavarini, en la segunda parte de su trabajo, dedicado a la penitenciaria como modelo de la sociedad ideal, diseñar una comparación articulada entre cárcel y fábrica, entre preso y obrero, entre contrato de trabajo y pena retributiva, entre subordinación en el trabajo y subordinación de encarcelado, entre organización coactiva carcelaria y organización coactiva económica del trabajo

La tesis resulta sugestiva, pero nos parece que peca de un cierto dogmatismo y de la misma tendencia a la generalización abstracta que constituye el límite de la obra de Foucault. Si este tipo de comparaciones entre cárcel y fábrica fueran válidos para el periodo histórico que se examina, es decir para los años de formación del modo de producción capitalista, ¿qué conclusiones se pueden sacar de allí para fundamentar la tesis en el momento histórico actual”, y en especial para la realidad italiana?

Desde hace más de medio siglo asistimos –sobre todo en los países en los que el modelo cárcel – fabrica tuvo aplicaciones más concretas e importantes- a un proceso de mutación de la sanción detentiva hacia otros instrumentos de control en libertad del transgresor y del delincuente. Y no es posible sostener –como lo hace Foucault- que se trata simplemente de un afinamiento y un transgresor y del delincuente. Y no es posible sostener –como lo hace Foucault- que se trata simplemente de un afirmamiento y una atomización de los contenidos de la pena carcelaria, que mantendría así, intacto, su papel, su función de instrumento totalizante de poder disciplinar. En otros países, como Italia, la cárcel, por sus deficiencias organizativas bien conocidas, nunca ha sido un modelo de control disciplinar y mucho menos de adiestramiento para el trabajo productivo sino, por el contrario, un modelo de desgobierno y de anarquía, incluso a nivel administrativo y de control. La estructura del trabajo de fábrica ha tenido ciertas modificaciones en los últimos 150 años, y aunque sigue en pie el principio de la explotación de la fuerza de trabajo, la condición del trabajador subordinado no es comparable con la del periodo del despegue industrial. Por último, en los países socialistas, el problema de la represión penal y de la organización penitenciaria ha seguido y sigue esquemas que en parte calcan los del mundo occidental

Estos datos, ofrecidos aquí en forma sumaria y desordenada a la atención, del lector, exigen una sistematización teórica y un intento de conciliación con la hipótesis totalizante del modelo carcelario del siglo XIX

Se trata de una verificación que se torna urgente, si es cierto, como decíamos al principio, que la reflexión histórica sobre una materia como las instituciones penitenciarias debe tener como objeto una mayor comprensión de lo que está sucedido en el momento histórico presente. Se trata de una verificación que esperamos la puedan cumplir los autores de este volumen

LO ANTERIOR ESCRITO POR:

GUIDO NEPPI MODONA


De la prestigiosa colección:

CRIMINOLOGÍA Y DERECHO

ÍNDICE:

PRESENTACIÓN

CARCEL Y FABRICA:

LOS ORIGENES DEL SISTEMA PENITENCIARIO

SIGLOS XVI – XIX

INTRODUCCIÓN:

PARTE I

CÁRCEL Y TRABAJO EN EUROPA Y EN ITALIA EN EL PERIODO DE LA FORMACIÓN DEL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA

Por Darío Melossi

1.

CREACIÓN DE LA INSTITUCIÓN CARCELARIA MODERNA EN INGLATERRA Y EN EUROPA CONTINENTAL. ENTRE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI Y LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

I.             Bridewells y Woekhouses en la Inglaterra Isabelina II. La Rasphuis de Ámsterdam y la manufactura III. Génesis y desarrollo de la institución carcelaria en los otros países de Europa IV. Ulteriores vicisitudes de la institución en la experiencia inglesa V. Construcción de la moderna práctica carcelaria en Europa continental, entre el Iluminoso y la primera mitad del siglo XIX

2.

GÉNESIS DE LA INSTITUCIÓN CARCELARIA EN ITALIA

I.

Siglo XVI y siglo XVII II. El siglo XVIII III.

Desde el periodo napoleónico hasta antes de la Unidad

PARTE II

LA INVENCIÓN PENITENCIARIA: LA EXPERIENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

Por Massimo Pavarini

1.

LA ERA JACKSONIANA. DESARROLLO ECONÓMICO,

MARGINALIDAD Y POLÍTICA DE CONTROL SOCIAL

I.

Propiedad inmobiliaria e institución familiar como aspectos del control social en el periodo colonial II. El cuadro estructural: de una sociedad agrícola a una economía industrial El periodo posrevolucionario: procesos de acumulación y economía mercantil b) El despegue industrial (1820 – 1860) III. Procesos disgregativos y nueva política de control social: la hipótesis institucional IV. El nacimiento de la penitenciaría: de Walnut Street Jail a la prisión de Auburn V. Las formas de explotación y la política del trabajo carcelario

2.

LA PENITENCIARÍA COMO MODELO DE LA SOCIEDAD IDEAL

I. La cárcel como “fábrica de hombres” II.   La doble identidad: “criminal – encarcelado” y “no propietario – encarcelado” III. The penitentiary system: el nuevo modelo del poder disciplinario a)   Solitary confinement: la hipótesis carcelaria filadelfiana b) Silent system: el modelo de Auburn IV El producto de la maquina penitenciaria: el proletario

Apéndice I: la subordinación del hombre para convertirse en ser institucionalizado (Encuesta en la penitenciaria de Filadelfia en octubre de 1831)

Apéndice II: La soberanía administrativa en el régimen del silent system (Conversaciones sostenidas con G. Barret, B. C. Smith y E. Lynds)

3.

CONCLUSIONES:

RAZÓN CONTRACTUAL Y NECESIDAD DISCIPLINAR

EN LOS ORÍGENES DE LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD

ÍNDICE DE NOMBRES

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

240 Páginas

En formato de 15.5 por 21 cm

Pasta delgada en color plastificada

Primera edición 1980 y

Sucesivas reimpresiones

ISBN 9789682309595

Autor Darío Melossi y Massimo Pavarini

Editor Siglo XXI

 

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1 comentario:

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