LA CIUDAD Y LAS LEYES
Lo
que hace a Grecia 2 Seminarios 1983 – 1984
La
creación humana III
1
Libro Autor Cornelius Castoriadis
Editor
Fondo de Cultura Económica
PRIMERA
EDICIÓN
Texto
establecido, presentado y anotado por Enrique Escobar,
Myrto
Gondicas y Pascal Vernay
Precedido de:
“Castoridis
y el legado griego”
De
Philippe Raynaud
Este
volumen reúne los seminarios dictados en 1983-1984 por Cornelius Castoriadis en
la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París
Dichos
seminarios están dedicados esencialmente al nacimiento, la naturaleza y el
funcionamiento de la democracia ateniense, y en particular al singular fenómeno
que fue la democracia directa tal como la practicaban los atenienses.
Castoriadis muestra cómo ellos supieron cuestionar la idea de que puede haber
una competencia específica en cuanto a los asuntos de la ciudad; cuáles fueron
las instituciones que crearon, y sobre todo la tragedia, para imponer límites a
la democracia; y qué fines se dio esta sociedad, según aparecen en la “Oración
fúnebre” pronunciada por Pericles y transmitida por Tucídides
A
través de una discusión, en filigrana, de autores antiguos (Sófocles, Heródoto,
Platón, Aristóteles) y modernos (Rousseau, Arendt) la lectura de La ciudad y
las leyes permitirá advertir hasta qué punto sigue siendo actual la cuestión de
la participación de todos en los asuntos comunes: la cuestión de la democracia
Traducción:
Horacio Pons
EN EL PREFACIO
LA
CIUDAD Y LAS LEYES es el segundo volumen en que se presentan los seminarios que
Cornelius Castoriadis consagró a la antigua Grecia en el marco de su enseñanza
en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (ehess) (Escuela de Altos
Estudios en Ciencias Sociales)
Este
volumen se inscribe en un proyecto de publicación de la totalidad de sus
seminarios bajo el título de La creación humana, presentado a grandes rasgos en
la advertencia de Sujeto y verdad en el mundo histórico - social (2002) y en el
prefacio de Lo que hace a Grecia 1. De Homero a Heráclito (2004)
A
pesar de la unidad temática que nos impulsó a publicar por separado Lo que hace
a Grecia. 1 (en adelante, LQHG 1), la obra era sin lugar a dudas la
introducción de un conjunto más vasto. En 1982, luego de un trayecto que lo ha
llevado desde hace casi cuarenta años a afrontar algunos de los grandes
problemas del siglo xx, pero también a desarrollar una reflexión filosófica más
general sobre lo que él llama lo histórico- social, cuyos elementos esenciales
se encontrarán en La institución imaginaria de la sociedad (1965-1975),
Castoriadis procura, en lo referido al caso de la antigua Grecia, dar una
respuesta a esta pregunta: ¿cómo puede una sociedad
poner en entredicho su propia institución?
En
la enseñanza que proporcionó la materia del primer volumen trata, pues, de
comprender esta singularidad: la doble creación hace más de dos milenios, en un
lugar específico, dela filosofía y la democracia, los inicios de un movimiento
que va a ser “interrogación sin límites sobre la verdad, disputa interminable sobre
la justicia”. Para hacerlo, intenta ante todo poner de relieve –en la religión
y la mitología griegas, en los poemas homéricos, en Anaximandro y Heráclito–
rasgos esenciales de la visión del mundo en que esa aparición encontró su
abono. Su núcleo es que hay “génesis y destrucción sometidas a una ley que está
más allá del sentido y el sinsentido humanos”. Ser y valor no se confunden, y,
al contrario de lo que ha creído casi unánimemente la tradición ulterior, no
hay correspondencia entre nuestros deseos y nuestras decisiones y el sermismo
Caos
y cosmos, por último, coexisten en la naturaleza y en el mundo humano. (Véanse
los informes de enseñanza de 1980-1982 y 1982-1984 reproducidos como anexo I de
LQHG 1.)
Recordemos
las consecuencias que Castoriadis extraía de ello, y que se enuncian con
claridad en un texto elaborado entre 1979 y 1982, “La polis griega y la
creación de la democracia” (reeditado en 1986 en Los dominios del hombre),
donde esas ideas se expusieron por primera vez: Esta visión condiciona, por así
decirlo, la creación de la filosofía. Ésta, tal y como los griegos la crearon y
practicaron, es posible porque el universo no está del todo ordenado. Si lo
estuviera, no habría la más mínima filosofía, sólo un sistema de saber único y
definitivo. Y si el mundo fuera caos puro y simple, no habría ninguna posibilidad
de pensar
Pero
la visión también condiciona la creación de la política. Si el universo humano
estuviera perfectamente ordenado, ya fuera desde el exterior o por su actividad
“espontánea”(“mano invisible”, etc.), y si las leyes humanas fueran dictadas
por Dios o la naturaleza, e incluso por la “naturaleza de la sociedad” o las
“leyes de la historia”, no habría entonces lugar alguno para el pensamiento
político ni campo abierto a la acción política, y sería absurdo interrogarse
sobre lo que es una buena ley o sobre la naturaleza de la justicia […]. Y si
fuera posible un conocimiento cierto y total (episteme) del dominio humano, la
política terminaría de inmediato y la democracia sería a la vez imposible y
absurda, pues supone que todos los ciudadanos tienen la posibilidad de llegar a
una doxa correcta y que nadie posee una episteme de las cosas políticas Interrogación
sobre la verdad, interrogación sobre la justicia: los seminarios de 1983-1984
que se presentan aquí (al igual que los de 1984-1986, que son su continuación y
se publicarán ulteriormente) se consagran en lo esencial al segundo aspecto, en
particular a la creación de la polis democrática y sus diferentes
circunstancias
Es
indudable que cuando Castoriadis se ocupa una vez más de estas cuestiones en
1982-1984 (pues su trabajo comenzó mucho antes; véase nuestro prefacio a LQHG
1), los documentos esenciales del dossier ya están presentes: de Grote a Glotz
o Finley, hay material más que suficiente para nutrir una reflexión sobre los
comienzos de la democracia. Pero los veinticinco años transcurridos desde esos
primeros seminarios de Castoriadis sobre Grecia estuvieron marcados por
progresos muy notables del trabajo arqueológico e histórico, en términos más
generales– en lo referido a la ciudad griega, su nacimiento y su modo de
funcionamiento. Hemos procurado dar una idea de ellos en las notas
complementarias, exponiéndonos inevitablemente al reproche de haberlo hecho de
manera insuficiente o excesiva. En todo caso, y cualquiera sea la utilidad del
trabajo de los especialistas, es obvio que Castoriadis no buscaba hacerse un
nombre en la historia de la filología ni en la de los estudios griegos
Los
lectores del primer volumen se acordarán acaso de la observación –en la que
falta por desdicha la sonrisa a medias que sin duda la acompañaba– sobre esos
“filólogos sin los cuales no se podría decir nada, pero que dicen a veces cosas
abominables”… Esto no le impidió profesar la mayor de las admiraciones, y a
veces la mayor de las amistades, por más de un miembro de esa corporación. Y,
por lo demás, se preocupaba en muy alta medida por la exactitud en el manejo de
sus fuentes
Pero
tenía sus propias prioridades: lo que le interesaba ante todo en esos seminarios
era comprender y ayudar a comprender la increíble novedad de lo surgido en
aquel momento de la historia, puesto que la idea democrática, la idea de una
participación igual de todos en los asuntos comunes (el proyecto, escribió
Castoriadis en otra parte, de una “sociedad cuyas instituciones, una vez
interiorizadas por los individuos, facilitan lo más posible su acceso a la
autonomía individual y su participación efectiva en cualquier poder explícito
existente en la sociedad”), es tan nueva hoy –y, a los ojos de la mayoría de
los doctos, tan absurda o peligrosa– como hace veinticinco siglos
Recordemos
que, antes del último medio siglo, la democracia griega no tenía muy buena
prensa entre los helenistas, con algunas notables excepciones: Grote y un
excéntrico como Ménard en el siglo xix; Glotz, Hatzfeld o Zimmern más adelante.
Y que, aun entre estos últimos, la democracia directa suscitaba asombro o
molestia. El éxito en las décadas de 1960 y 1970 de la escuela de Gernet,
Vernant y Vidal-Naquet, sumado luego a la abundancia, durante una veintena de
años, de estudios que miraban la democracia ateniense con buenos ojos, o al
menos sin hostilidad, favorecida en parte por la influencia de la obra de Moses
Finley, eran en el fondo fenómenos bastante sorprendentes. No lo es tanto el
hecho de que, con la ayuda del clima de la época, algunos helenistas se afanen
hoy en destacar hasta qué punto la tradición representada por Polanyi y Finley
subestimó el peso de las motivaciones económicas y el lugar de la “ciudad
mercantil” en el mundo griego antiguo; y que ahora haya que dedicarse sobre
todo a analizar “lo que no funciona” en la democracia radical ateniense(retomamos
aquí los títulos de dos importantes obras, muy representativas de esta “nueva”
o, mejor, muy vieja orientación). Por lo demás, la opinión común – conforme en
este punto a la realidad de todos los llamados países desarrollados, aun
aquellos que se pretenden “democráticos”– sostiene que en el fondo no hay otro
valor que el económico, y que gobiernan los pocos y no la multitud, la masa de
los ciudadanos que se limita a participar (o no participar) periódicamente en
elecciones. Y que la “democracia” es eso mismo
Es
indudable que La ciudad y las leyes no participa del clima de la época
Directa
o indirectamente –a través, como cabía esperar, de numerosas digresiones que la
mayoría de las veces no son otra cosa que maneras un tanto sorprendentes de
encaminarse siempre hacia la misma meta–, lo que dice Castoriadis gira en todo momento
alrededor de una misma cuestión, la del pasado y el futuro de una “sociedad
donde todos los ciudadanos tienen una posibilidad concreta igual de participar
en la legislación, el gobierno, la jurisdicción y, en definitiva, la
institución de la sociedad”; en síntesis, la de la verdadera democracia,
antigua y moderna*
La
ciudad y las leyes reúne casi todos los seminarios de los últimos meses del
ciclo lectivo 1982-1983, así como otros tres de 1983-1984, pues su continuidad
temática es evidente. Faltan para el final del ciclo 1982-1983 dos seminarios:
los últimos, del 8 y el 15 de junio de 1983, de los que por desdicha no hemos
podido encontrar ni transcripción ni grabación; ocurre lo mismo, en el ciclo
lectivo 1983-1984, con los seminarios del 2 de diciembre de 1983 y el 11 de
enero de 1984
En
el caso de este ciclo hemos descartado siete seminarios, de los que, no obstante,
hay huellas: los cuatro primeros (9, 16, 23 y 30 de noviembre de 1983), donde
encontramos una introducción general al pensamiento de Castoriadis que, en ese
nuevo contexto, rompía el hilo general de la exposición, y los del 18 de abril,
y el 2 y el 9 de mayo de 1984, dedicados en lo fundamental a Safo y la
antropogonía en Esquilo y Sófocles, dado que estos seminarios, reelaborados por
el autor, se publicaron ya en 1999 en la compilación póstuma de Figuras de lo
pensable
Planeamos
presentar transcripciones de esos siete seminarios en el sitio de la
Association Castoriadis, con remisión a los textos publicados donde se abordan
los mismos temas
Como
en los volúmenes anteriores, no hemos vacilado en hacer correcciones de forma
cuando nos pareció necesario, sin dejar de velar por la presentación más fiel
posible del pensamiento del autor
El
lector, reiteramos, no tiene siempre frente a sí lo que Castoriadis “dijo”
literalmente, y ni siquiera lo que habría “escrito”, pero sí, a no dudar, lo
que Castoriadis pensaba. Nos hemos explayado lo suficiente al respecto en la
advertencia de Sujeto y Verdad
Las
diferentes convenciones son en su mayor parte las que hemos seguido en el caso
del primer volumen de Lo que hace a Grecia
En
lo que toca a la transliteración del griego, no indicamos ni las iotas
suscritas ni los acentos; sólo hemos tenido en cuenta las cantidades al
tratarse de las vocales e y o (e = e; è = h; o = o; ô = w)
Las
contadas anotaciones marginales del autor sobre las transcripciones de Zoé
Castoriadis, integradas las más de las veces al cuerpo del texto, se llevaron
en ocasiones a una nota al pie; siempre las precede la mención Anotación en el
manuscrito y figuran entre corchetes rectos: [ ], a fin de distinguirlas de
las notas de los editores (en lo esencial, complementos bibliográficos),
señaladas por corchetes angulares: < >. También se señalan entre
corchetes angulares, en el cuerpo del texto, unas pocas lagunas de la
transcripción o ciertas opciones de los editores donde ésta plantea problemas
de lectura
Michel
Casevitz y Alice Pechriggls nos dieron otra vez muestras de su amistad al
releer nuestro trabajo. Les agradecemos sus observaciones y consejos. Nuestra
gratitud, también, para Zoé Castoriadis, cuyas transcripciones nos aportaron
una vez más la materia prima sobre la cual trabajamos; para las fundaciones
Niarchos y Costopoulos, por sus contribuciones económicas, así como para Philippe
Raynaud, que nos ha permitido reproducir aquí el texto de su intervención en el
coloquio de Cerissy de 2003, consagrado a la obra de Castoriadis
Desgraciadamente,
Pierre Vidal-Naquet ya no está entre nosotros. No hace falta decir, sin duda,
cuánto lo echamos de menos
E.
E., M. G. y P. V.
ÍNDICE
Prefacio
Castoriadis
y el legado griego, de Philippe Raynaud
Ciclo
lectivo 1982-1983
XIV.
Seminario del 16 de marzo de 1983
XV.
Seminario del 23 de marzo de 1983
XVI.
Seminario del 13 de abril de 1983
XVII.
Seminario del 20 de abril de 1983
XVIII.
Seminario del 27 de abril de 1983
XIX.
Seminario del 4 de mayo de 1983
XX.
Seminario del 11 de mayo de 1983
XXI.
Seminario del 18 de mayo de 1983
XXII.
Seminario del 1º de junio de 1983
Ciclo
lectivo 1983-1984
VIII.
Seminario del 25 de abril de 1984
XI.
Seminario del 16 de mayo de 1984
XII.
Seminario del 23 de mayo de 1984
Notas
complementarias
Índice
analítico
FICHA TÉCNICA:
1
Libro
381
Páginas
En
formato de 22 cm
Pasta
delgada en color plastificada
Primera
edición 2012
ISBN
9789505579082
Autor
Cornelius Castoriadis
Editor
Fondo de Cultura Económica
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
Celular:
6671-9857-65
Gracias
a Google por publicarnos
Quedamos
a sus órdenes
=
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BIOGRAFÍA DE CORNELIUS CASTORIADIS
ResponderEliminarCornelius Castoriadis (Atenas, Grecia, 1922 – París, Francia, 1997)
Realizó estudios de ciencia política, economía y derecho en la Universidad de Atenas. En 1945 se trasladó a París y en 1949 fundó el grupo y la revista Socialisme ou Barbarie en los que participó hasta su disolución en 1965. Entre 1948 y 1970 trabajó como economista en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a partir de 1974 comenzó a ejercer como psicoanalista y en 1979 fue electo director de estudios de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París
Entre sus obras se cuentan: La sociedad burocrática, La experiencia del movimiento obrero, La institución imaginaria de la sociedad, El ascenso de la insignificancia y Una sociedad a la deriva. Entrevistas y debates (1974-1997).
Fondo de Cultura Económica ha publicado Figuras de lo pensable (2001), Sobre «El Político» de Platón (2003), Sujeto y verdad en el mundo histórico - social. Seminarios 1986-1987. La creación humana I (2004), Lo que hace a Grecia, 1: De Homero a Heráclito. Seminarios 1982-1983. La creación humana II (2006), Ventana al caos (2008) y La ciudad y las leyes. Lo que hace a Grecia, 2. Seminarios 1983-1984. La creación humana III (2012)
BIOGRAFÍA DE CORNELIUS CASTORIADIS
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