1 Libro Autor Efraín Moro Salazar y
José Miguel Soto
EDITOR PORRÚA
TOMADO DE LA 47ª Edición
LIBRO RECOMENDADO Y POR
ENCARGO
EN EL PROLOGO:
Una
de las tareas más importantes en todos los tiempos y particularmente en épocas
como la actual, cargadas de aguas contradicciones y convulsionadas por
situaciones críticas, es la de educar, la de formar conciencias, principalmente
de las nuevas generaciones para que tengan principios verdaderos, claros y
firmes, sobre las cuestiones fundamentales
A
este propósito responde, plenamente, el libro “ELEMENTOS
DE DERECHO” del señor licenciado Efraín Moto Salazar, que alcanzar ahora
su nueva edición, ya que esta obra, no es solamente ampliamente informativa
sino también y principalmente formativa de las inteligencias juveniles. En ella
adquieren con facilidad, con graduación y con método, los datos esenciales de
la difícil ciencia y arte del derecho y sus principales instituciones
En
efecto, la inteligencia humana ha sido creada esencialmente para la verdad y
para el orden y cuando se le muestra, como en esta obra: ELEMENTOS DEL DERECHO; el bien especifico de la
inteligencia: la verdad y el orden, ello es suficiente atractivo para que el
lector las conozca, ame y procure para sí y para los demás
El
licenciado Moto Salazar sitúa al derecho dentro de la vida social. El derecho
es una parte del orden social. El orden jurídico es un dato o elemento del
orden social. Tal vez no hay realidad en lo humano, tan fecunda como el orden,
ni concepto tan valioso y tan necesario como lo que se refiere a esa realidad
El
orden exige, multiplicidad, pluralidad, variedad de seres; pero reclama también
la unidad en esa variedad. Esa unidad no es la uniformidad sino la variedad que
matiza y enriquece la unidad que resulta del fin del orden. En el orden hay
coordinación; pero hay también y sobre todo subordinación, jerarquía, impuesta
por la unidad del fin. Existe, además, integración para que no falte nada de lo
que debe existir en el orden. Hay también, proporción. El orden es un factor de
belleza y por ello Santo Tomás, proporción. El orden es un factor de belleza y
por ello Santo Tomás definió a ésta como “el esplendor o luminosidad del orden”
Un
orden dinámico, como es el que implica la vida social es una parte del orden
absoluto y universal de seres y de fines divinamente establecido
En
la vida social, la unidad la establece el fin. El fin de toda vida social,
expresó su santidad Pío XII “permanece idéntico, sagrado, obligatorio: el
desarrollo de los valores personales del hombre en cuanto imagen de Dios. Y
para cada miembro de la familia humana, subsiste de modo permanente, la obligación
de realizar los fines inmutables de Dios, cualquiera que sea el legislador o la
autoridad a que esté sometido
El
orden social, la vida, social está ordenada y puesta al servicio de la persona
para que está promueve y gestione el bien; para que en el campo especifico de
la libertad, cumpla y desarrolle, por su actividad responsable y libre, el
orden social no está al servicio de la persona egoístamente concebida como el
fin último de sí misma, sin vínculos comunitarios, sin responsabilidades con
sus semejantes, como pensó el individualismo liberal
El
orden social es un orden humano y, por lo tanto, es un orden racional y es un
orden de libertad y de igualdad de los hombres, es esencia y en dignidad. Ese
reconocimiento de la prioridad ontológica y de finalidad de la persona humana.
Ese reconocimiento de la prioridad ontológica y de finalidad de la persona
humana respecto de la sociedad, sitúa respecto de la sociedad, sitúa a la
sociedad en su verdadero lugar y al servicio de su misión propia: como el medio
natural, benéfico, providencial, para que todos y cada uno de los seres
humanos, alcancen, con dignidad, su libertad y con solidaridad, su destino
temporal y su destino trascendente
En
la admirable encíclica Mater et Magistra,
se declara, con absoluta precisión, que el principio fundamental de la
convivencia, en la doctrina social de la iglesia, “consiste en que cada uno de
los seres humanos, es y debe ser, el fundamento, el fin y el sujeto de todas
las instituciones en que se expresa y actúa la vida social: cada uno de los
seres visto en lo que es y en lo que debe ser, según su naturaleza
intrínsecamente social, y en el plano providencial de su elevación al orden
sobrenatural”
Las
relaciones entre las personas, entre las comunidades y entre los pueblos, están
regidas por los mismos principios ordenadores: la convivencia en la verdad, en
la justicia, en el bien, en la solidaridad fraterna y generosa, en la paz, en
el amor y en la libertad, según enseña la encíclica Pacem in Terris
Si
se compara esta luminosa doctrina de la convivencia con la estrecha y pobre que
revela la expresión de “coexistencia pacífica” no puede menos de reconocerse
que esta última encierra los caracteres ya señalados de miseria y error
intelectuales y de falsa apreciación moral. En efecto, pueden en el mismo lugar
y tiempo, existir a la vez (coexistir) víctimas y verdugos, tiranos
responsables de genocidas y pueblos privados de su autodeterminación, de su
independencia, asesinos y santos; pero no se da, por culpa de los malvados, un
vínculo y un fin común que los lleve, a todos, a rendir testimonio de la verdad
de la verdad en el amor; no están, todos, persiguiendo una meta común; no
buscan, todos, la seguridad del bien obrar. Esa coexistencia no puede
significar ideal alguno que atraiga una aspiración verdaderamente humana. Esa
coexistencia no puede, tampoco, ser pacífica, porque la paz, en la superada
definición de San Agustín, es “el tranquilo convivir en el orden” y si no puede
haber convivencia en la pura coexistencia, menos aún puede lograrse
tranquilidad y mantenerse la paz, donde se niegan y se escarnecen la justicia y
el bien
El
orden social supone jerarquía, exige el reconocimiento del valor y de la
importancia de cada uno de los elementos que lo integran: cada elemento en su
sitio y al servicio de su función propia, prestando su cooperación al fin
común: lo material inanimado, debe estar subordinado a lo vital; lo vital a lo
espiritual; lo espiritual natural a lo espiritualidad sobrenatural. Dentro de
cada aspecto lo particular debe estar subordinado a lo general. La técnica en
su carácter instrumental, debe servir y no constituir obstáculo para los
valores superiores. La técnica y los demás bienes instrumentales deben ser
conceptuados como elementos “cuyo uso es indispensable, para el ejercicio de la
virtud” Pensar o actuar en otra forma, es subvertir la jerarquía de los
valores”
Una
aplicación concreta de este aspecto jerárquico del orden se encuentra en la ya
citada encíclica Mater et Magistra en la que se afirma:
“…
Ha de observarse que, en nuestros días, se aspira, más que a convertirse en
propietario de bienes, a adquirir capacidades profesionales; y se alimenta una
mayor confianza en las entradas cuya fuente es el trabajo o derechos fundados
sobre el trabajo, que en las entradas cuya fuente es el capital o derechos
fundados sobre el capital”
“Eso,
por otra parte, está en armonía con el carácter preminente del trabajo como
expresión inmediata con el carácter preminente del trabajo como expresión
inmediata de la persona, frente al capital, o bien de orden instrumental según
su naturaleza; y ha de ser considerado, por tanto, un paso hacia adelante en la
civilización humana”
En
el orden social reclama la proporción. Cada uno de los elementos que deben
integrarlo ha de figurar dentro de él, no solo en la jerarquía adecuada, sino
en la justa intervención, en la medida que las circunstancias de tiempo y lugar
exijan. Esa proporción debe operar no sólo en relación con los demás partes que
forman el orden, sino también en relación al todo, para que en esa forma, el
desarrollo de cada uno de los elementos y del todo, sean perfectivos. Todo
desquiciamiento en la evolución cultural de una persona o de una comunidad,
obedece, como enseño Su Santidad Pío XII, a una desproporción entre los
progresos técnicos y los progresos espirituales y concretamente morales. Por
ello, el desarrollo de la ciencia, la mayor abundancia de recursos materiales,
el perfeccionismo de la técnica, deben,
precederse o acompañarse en la persona y en las comunidades de elevaciones
espirituales y específicamente morales que encaucen al buen uso de esos
instrumentos para hacerlos patrimonio común de la humanidad y afectarlos permanentemente
al servicio de la verdad, del bien y de la paz. Jamás deben ser, esos bienes
instrumentales, obstáculos a la libertad para el bien o lesionar o volver
inoperantes derechos naturales indescriptibles
Todo
aquello que se identifica con una desproporción abierta o simulada entre el
éxito material y su fundamento moral, se derrumba tarde o temprano, como lo ha
puesto de manifiesto la historia, entre otros ejemplos con el totalitarismo
nacional – socialista de A. H. y como lo pondrá de manifiesto con los otros
totalitarismos que imponen el error socialista y que aún existen en la
actualidad
El
orden social tiene como elementos a sociedades y comunidades familias,
municipios, sindicatos, federaciones de estados, comunidad internacional. En el
campo de cada comunidad nacional, cada uno de estos elementos debe ser
internamente autónomo e independiente de los poderes públicos, sin perjuicio de
su cooperación al bien común. Pero no es menor necesario que dichos organismos
presenten forma y substancia de verdaderas comunidades; y por lo mismo, los
respectivos miembros sean en ellos considerados y tratados como personas y sean
estimulados a tomar parte activa en la vida social”, expresa la Mater et Magistra
Tanto las personas como las comunidades tienen
la obligación de cooperar activamente y por propio convencimiento a la
realización de sus fines y de cooperar al bien general de la vida comunitaria.
Dios llama a cada ser a su colaboración activa y condena la ociosidad y la
pasividad frente a las exigencias de la propia perfección, como lo pone de
manifiesto, entre otras, la parábola de los talentos, la perfección de un ser
consiste en la adecuada y completa realización de su fin
Es fundamental en el orden social la nota de
la solidaridad responsable. Todo obra sobre todo. La expresión de Caín ¿Soy
acaso el guardián de mi hermano?, es la frase del asesino que quiere ocultar su
crimen invocando un falso principio negador de esa solidaridad: el del
aislamiento egoísta; el que niega el ser humano su naturaleza esencialmente
social. Todos aprovechamos más o menos el bien que se realiza; pero todos somos
más o menos responsables del mal que se trama o se consuma. Dogmas como el del
pecado original, el de la comunión de los santos, el del cuerpo místico de
Cristo, el de la universalidad de la redención, elevan al plano sobrenatural
ese dato natural de la solidaridad responsable del mal que se trata o se
consuma. Dogmas como el del pecado original, el de la comunión de los santos,
el del cuerpo místico de Cristo, el de la universalidad de la redención, elevan
al plano sobrenatural ese dato natural de la solidaridad responsable
Otro
dato que debe de figurar entre los que constituyen el orden social es el de la
subsidiariedad. En virtud de ese dato debe de reconocerse, garantizarse y
promoverse que lo que una persona pueda y deba hacer con sus propios elementos
y facultades, no le sea arrebatado para confiarlo a una comunidad; que lo que
una sociedad menor (por ejemplo, una familia) debe hacer por corresponder a su
finalidad especifica (como la educación de los hijos) no se le quite para
confiarlo a una sociedad mayor (por ejemplo, el municipio o el Estado).
Respetando ese campo mayor de competencias, queda el poder, la autoridad propia
del Estado, con la insustituible y especifica tarea de orientar, estimular,
coordinar, dirigir, urgir, castigar y suplir, de acuerdo con las exigencias del
bien común, pero sin absorber, destruir o privar de acción o de iniciativa a
las personas o las comunidades
El
principio de subsidiariedad, admite que, por razón de incapacidad temporal de
una sociedad menor pueda una mayor hacerse cargo, temporalmente, de una manera
propia de esa comunidad menor; pero siempre que ello lo realice también
temporalmente, en plan de auxilio, y promoviendo, a la vez, la sociedad mayor
que, a la brevedad posible, esté en aptitud de tomar a su cargo su tarea
específica, la menor
El
orden reclama también como dato esencial el de su integridad. No hay orden
social donde le falte un bien necesario, aunque se invoquen para ello pretextos
especiosos. El orden reclama, según enseño su santidad Pío XII, que no se
sacrifique un bien a otro bien, sino que se armonicen todos en la verdad, en la
justicia, en la fraternidad y en la paz. Así, por ejemplo, es frecuente que se pretenda
excusar la falta de libertad en determinados regímenes con el argumento de que
hay en cambio bienestar material; que en otros casos, se pretenda justificar el
desconocimiento de derechos esenciales y de libertades fundamentales con el
aliciente del desarrollo económico; la negación del derecho de conciencia a su
libertad con el señuelo del progreso, o que se pretenda aplastar la iniciativa
de las personas o de las comunidades con
el espejismo de la eficiencia del Estado
La
eficacia y la libertad no están reñidas, el desarrollo económico puede y debe
realizarse dentro del progreso social, la suficiencia debe alcanzarse dentro de
la paz; el que la propiedad, -la casa, el vestido y el sustento- lleguen a
todos los hombres y a todas las familias, es signo de que la vida social no se
pliega a intereses unilaterales, sino que tiende a armonizar todos los
intereses en la verdad, en la justica y en el amor. Es tan importante este
carácter integral del orden que la ya citada encíclica, Mater et Magistra, a propósito
de las exigencias de la justicia, frente a las estructuras productoras dice expresamente:
“La justicia ha de ser respeta no solamente en la distribución de la riqueza,
sino además en cuanto a la estructura de las empresas en que se cumpla la
actividad productora. Porque en la naturaleza de los hombres se halla
involucrada la exigencia de que en el desenvolvimiento de su actividad
productora, tengan posibilidad de empeñar la propia responsabilidad y
perfeccionar el propio ser”
“Por
tanto, si las estructuras, el funcionamiento, los ambientes de un sistema
económico, son tales que comprometen la dignidad humana de cuantos ahí
despliegan las propias actividades, o que las entorpecen sistemáticamente el
sentido de responsabilidad, o constituyen un impedimento para que pueda
expresarse de cualquier modo su iniciativa personal: un tal sistema económico
es injusto; aún en el caso de que, por hipótesis, la riqueza producida en él
alcance altos niveles y sea distribuida según criterios de justicia y equidad”
El
bien común, que es la meta inmediata del orden social puede ser definido como
el conjunto de condiciones, en su mayoría y de preferencia, de carácter
institucional, que hacen posible y auxilian a la persona humana para que este
alcance su armónica perfección física, intelectual y moral, como imagen de
Dios, que vive en fraterna solidaridad con sus semejantes y lucha, con su
propia responsabilidad e iniciativa, para lograr sus fines temporales y
trascendente, dentro del bien de toda la humanidad
Su
Santidad Pío XII varias veces expuso que la gran miseria del orden social
actual, “consiste en que no es ni profundamente cristiano, ni verdaderamente
humano, sino únicamente técnico y económico y no reposa en alguna manera sobre
lo que debería ser su base y el fundamento sólido de su unidad: es decir, el
carácter común de hombres por la naturaleza y de hijos de Dios por gracia de la
adopción divina”
Hacer
de lo material y de técnica, los valores por excelencia, es como se ha dicho
antes, subvertir el orden, es atrofiar el campo de la vida humana y restringir
indebidamente su panorama. Lo material y lo técnico tiene sentido y valor
cuando sirven al espíritu para el bien; cuando “son instrumento y rinden
testimonio de la eterna verdad, bondad, armonía y ayudan a practicar la verdad
en el amor”
“…
la civilización <progresista>, a saber únicamente materialista,
prescribiendo ciertos valores y elementos necesarios en la vida de las familias
y de los pueblos, acaba por privar al hombre de la forma genuina de pensar, de
juzgar y de obrar. Porque ésta, para que pueda alcanzar la verdad, la justicia
y la honradez, para ser humana, exige la mayor amplitud y una dirección
multiforme. Por el contrario, cuando el progreso técnico aprisiona al hombre
dentro de sus espirales, segregándolo del resto del universo, especialmente del
espiritual e interior, le comunica sus propios caracteres, de los que, los más
notorios, son la superficialidad y la inestabilidad” (Su santidad Pío XII,
mensaje de Navidad, de 1957)
El
hombre creado con un alma espiritual, está hecho para el orden, para la
armonía, para la plena efusión del espíritu. Es un derecho y es un deber que
pertenecen a la plena responsabilidad del cristiano, según el mensaje citado,
el sostener, conservar, desarrollar, aplicar y defender el orden divino en el
mundo
Para
que un orden social pueda ser calificado de humano y para que en el mismo se
garantice y asegure la eficaz realización del bien común, se requiere que en la
comunidad de que se trate, se den y se mantengan, en su objetiva jerarquía y en
su justa proporción y estructurada armonía de un modo estable y permanente, las
condiciones morales, económicas, jurídicas, políticas y en general culturales,
que permitan. Favorezcan y promuevan, para todas y cada una de las personas que
integran la comunidad, el que éstas alcancen su salvación y su bienestar
temporal, en fraterna solidaridad con sus semejantes
El
orden jurídico positivo, en sus diversas formas e instituciones, tiene como fin
el de servir de defensa, apoyo y protección externa al orden social. El orden
jurídico positivo sólo puede regir los actos libres, externos e interhumanos de
la persona humana, en cuanto lo reclame el bien común bajo el imperio de la
justicia y para ayudar a la seguridad, dentro de la paz. Poder, la fuerza del derecho, nace del orden
Cicerón
afirmó que la esencia del derecho tenía que derivarse de la naturaleza humana.
No puede conocerse el derecho, si no se tiene presente lo que el hombre, su
origen, su dignidad, su destino, el sentido del dolor y el puesto que la
persona ocupa en el cosmos
Entre
las valiosas aportaciones que, para el conocimiento del hombre realizo la
cultura antigua, figuran su descubrimiento de que el alma humana es, en cierto
sentido, todas las cosas, porque puede abarcarlas con su inteligencia, que nada
de lo humano debe ser extraño al hombre; que éste es un microcosmos que se
encuentra dentro del inmenso macrocosmos que su expresión de orden, decoro y
armonía maravilloso
Sin
embargo, sólo la revelación cristiana da, respecto del hombre, y para los fines
de su elevación, el conocimiento verdadero e integral. El hombre, enseña esa
revelación, es una substancia espiritual de naturaleza racional y, por tanto,
libre; es una persona que vale por sí misma, más que el inmenso universo inanimado;
que tiene un valor trascendental y absoluto porque ha sido creado a imagen y
semejanza de Dios, con un alma inmortal. El hombre es portador de acciones y
omisiones libres y por tanto es responsable de sus actos y de su destino
temporal y eterno, capaz de gobernarse a sí mismo y de encontrar en ello una
alta expresión de su dignidad; que en esta vida y en la otra sólo tiene a Dios
como fin último
Lo
que coloca al hombre por encima de los seres inanimados, de las plantas y de
los animales, distinguiéndolo esencialmente de ellos, a pesar de participar de
algunas de las notas de éstos, en su carácter específico de agente racional; su
capacidad de conocer, su voluntad dotada de libertad y capaz de amar. En el
hombre existe la posibilidad, física, de hacer el bien o de perpetrar el mal,
con consecuencias radicalmente diversas. Si el hombre, siguiendo el dictamen de
su recta conciencia, acatando la ley natural, no escrita sino inscrita por Dios
en su corazón, cumple y desarrolla, por el buen uso de su libertad, el orden
absoluto y universal de seres y de fines divinamente establecido, a la vez que
conserva su puesto dentro de ese orden, logra su propia perfección. Si, por el
contrario, haciendo mal uso de su libertad, viola ese orden, al mismo tiempo
que siembra el caos, altera la armonía del cosmos, labra su propia degradación
y se frustra como persona humana
En
la tercera década de este siglo, un joven filósofo judío – alemán, Pablo Luis
Landsberg en marcha hacia su conversión al catolicismo, escribió un libro, La
edad media y nosotros, en el que destacó la importancia de la idea de orden en
la formación cultural y expuso que el hombre es el único ser que, por el mal
uso de su libertad, puede alcanzar la triste característica de desertor del
orden. “Toda destrucción del orden –dijo-, es un abandono del puesto del
hombre”
Este
filósofo (que habría de resultar víctima en unión de su esposa de la
persecución nazi en la Segunda Guerra Mundial) subrayó también la importancia
que tiene el amor en el conocimiento de las verdades fundamentales. Una vez que
la inteligencia capta una realidad, es el amor quien le ayuda a profundizarla
“La verdad de las cosas –dijo- sólo se revela a los ojos del amante”
El
concepto del hombre, realidad espiritual, no puede ser percibido, ni conocido,
sino a través del espíritu ayudando del amor. En balde, en la época actual, de
la “segunda revolución técnica”
El
hombre que asiste a la segunda revolución técnica, en su vana autosuficiencia,
después de eliminar de todos los actos humanos, la libertad, pretende tratarlos
con el mismo método materialista que ha aplicado, con tanto éxito, en los
campos de la materia inanimada. Ese hombre, dice Su santidad Pío XII en su
Mensaje de Navidad de 1956, en su ingenuo y falso optimismo, reniega y desarraiga
al hombre de la historia y considera el progreso, limitado a lo material, a lo
exclusivamente técnico, y piensa que si la técnica no ha logrado aún todo el
éxito que le corresponde, es porque a su beneficio influjo se oponen los que
llama “prejuicios” religiosos y pretende, también, tratar a los hombres como
simples piezas de un mecanismo de relojería que están en manos de los
constructores de la nueva civilización, y a quienes deben quedar totalmente
sometidos en el despliegue de su actividad
Esa
cosmovisión del hombre “moderno” además de falsas, es incompleta: en ella
faltan muchos datos esenciales, desde luego, el de la libertad, principio
espiritual de la conducta moral y también los datos reales del pecado y de la
gracia
El
pecado original y los pecados actuales que son causa de profundos desórdenes
personales y sociales. El dogma del pecado original, explica luminosamente un
hecho observado desde los primeros pensadores de la antigüedad y además de
diaria y constante experiencia: la contradicción, la interna división del
hombre dentro de sí mismo; la rebeldía de su parte sensible contra la parte
espiritual de su ser, su condición de “mitad bestia y mitad ángel” a que se
refería Pascal, la inconsistencia en el bien, la dificultad de realizarlo y sobre
todo la necesidad del auxilio permanente de la gracia divina y de pedir ese
auxilio confiada, constante y humildemente para alcanzar el destino eterno
Sobre
este particular, Su Santidad Pío XII hizo, entre otras en diversos documentos,
estas advertencias: “La iglesia ha afirmado el valor de lo que es humano y
conforme a la naturaleza; sin vacilación ha buscado la forma de desarrollarlo y
destacarlo con todo su brillo; la Iglesia no admite que, frente a Dios, el
hombre no sea más que corrupción y pecado. Por el contrario, a sus ojos, el
pecado original no ha afectado íntimamente sus aptitudes y sus fuerzas, ha
dejado incluso esencialmente intactas la luz natural de su inteligencia y su
libertad. El hombre dotado de esta naturaleza, está sin duda, herido y
debilitado por la pasada herencia de una naturaleza caída y privada de sus
dones, sobrenaturales y preternaturales; le es preciso esforzarse para observar
la ley natural –y ello con el socorro todopoderoso de la gracia de cristo- para
vivir como lo exigen el honor de Dios y su propia dignidad del hombre”
“La
culpa original y sus consecuencias privaron al hombre no del dominio de la
tierra, sino de la seguridad de su ejercicio y el hombre sabe que con la caída
que siguió a la primera culpa, no se destruyeron ni la capacidad, ni el destino
del hombre para formar la historia, sino que éste tuvo que caminar,
arrastrándose por penoso progreso, en una mezcla de confianza y de angustia, de
riqueza e incertidumbre, hasta la última decisión humana, tomada ya en los
umbrales de la eternidad”
San
pablo expresa en una frase de su Epístola a los corintos el puesto del hombre
en el cosmos, para los fines de salvación: “Todo es vuestro; pero vosotros sois
de cristo y cristo es de Dios” En eso se basa –enseña Su Santidad Pío XII- la
responsabilidad del cristiano para cooperar a conservar y desarrollar el orden
del mundo y la formación de la historia y afirma que el cristianismo no debe
dejarse superar de los enemigos de dios, en una vida laboriosa y emprendedora,
ni en el espíritu de sacrificio. “No existen –dice- terrenos prohibidos, ni
direcciones vedadas a la acción del cristiano: ningún campo de vida, ninguna
institución, ningún ejercicio de poder, pueden ser inhibidas a los cooperadores
de dios, para sostener el orden divino y la armonía del mundo”
ESCRITO POR LO ANTERIOR DE:
Manuel Ulloa Ortiz
En México, D.F., primero de abril de
1964
ÍNDICE GENERAL:
Dedicatoria
Nota
preliminar a la primera edición
Nora
preliminar
Prólogo
PRIMERA PARTE
LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES
INTRODUCCIÓN Y PARTE GENERAL
LA SOCIEDAD Y EL DERECHO:
1.- Individuo
y sociedad 2.- Relaciones
sociales 3.- Las
relaciones sociales y sus normas 4.- Las
relaciones sociales y sus normas 5.- Las
normas jurídicas 6.- La
Ley 7.- La
sanción a las normas jurídicas 8.- Moral
y derecho
CAPÍTULO I
EL DERECHO EN GENERAL
9.- Etimología
de la palabra derecho 10.- Sus
dos sentidos fundamentales 11.- Derecho
positivo y Derecho Natural 12.- Definición
del Derecho Positivo 13.- Las
fuentes del Derecho 14.- La
Ley 15.- La
jurisprudencia 16.- La
Costumbre y el uso 17.- La
doctrina 18.- Jerarquización
de las fuentes del derecho 19.- Codificación
CAPÍTULO II
CLASIFICACIÓN DEL DERECHO
20.- Necesidad
de una clasificación del Derecho 21.- Derecho
Subjetivo y derecho Objetivo 22.- Clasificación
del derecho Subjetivo 23.- Derecho
Objetivo (sus divisiones) 24.- Derecho
Interno (sus divisiones) 25.- Derecho
Público (sus divisiones) 26.- Derecho
Privado (sus divisiones) 27.- Derecho
Externo 28.- Clasificación
del derecho Mexicano con relación a nuestra organización política 29.- Esquema de la clasificación del
Derecho
CAPÍTULO III
TEORÍA DE LOS HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS
30.- Definición
de los hechos jurídicos 31.- División
de los hechos jurídicos 32.- División
de los actos jurídicos 33.- Las
diversas especies de actos jurídicos 34.- Requisitos de existencia de los
actos jurídicos 35.- Requisitos de validez de los
actos jurídicos 36.- Elementos
del acto jurídico
CAPÍTULO IV
EFECTOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS
37.- Actos
puros y simples 38.- Modalidades
de los actos jurídicos 39.- La
condición 40.- El
término 41.- El
modo
CAPÍTULO V
INVALIDEZ DE LOS ACTOS JURÍDICOS
42. Noción
general sobre la invalidez de los actos jurídicos 43.- Actos inexistentes 44.- Actos nulos 45.- Actos anulables 46.- Efectos de los actos
inexistentes, nulos y anulables 47. Efectos
comunes a todas las especies de nulidad
CAPÍTULO VI
LA LEY
48.- Definición
y caracteres de la ley 49.- Algunas
clasificaciones de la ley 50.- Aplicación
de la ley en el espacio 51.- Aplicación
de la ley en cuanto al tiempo 52.- Retroactividad
de la ley 53.- Aplicación
de la ley en cuanto a su forma y modo 54.- Aplicación de la ley en cuanto a
su forma y modo 55.- Interpretación
de la ley 56.- Promulgación
y publicación 57.- Abrogación
y derogación de la ley
SEGUNDA PARTE
DERECHO
CONSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVO
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
58.- Derecho
Constitucional 59.- La
Nación 60.- El Estado 61.- Estado y Nación 62.- Formación natural del Estado 63.- Estado y derecho 64.- Hombre y Estado 65.- La misión del Estado 66.- Órganos del estado 67.- Gobierno. Sus formas principales 68.- Monarquía limitada e ilimitada 69.- República 70.- Gobierno Ejecutivo Dictatorial
CAPÍTULO II
ORGANIZACIÓN DEL ESTADO MEXICANO
71.- Elementos
del estado Mexicano 72.- La
población: mexicanos y extranjeros 73.- Derechos
y obligaciones de los mexicanos 74.- El
territorio 75.- El
Gobierno Federal y local 76.- La
Constitución, ley fundamental de México
CAPÍTULO III
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DEL PODER LEGISLATIVO
77.- El
Poder legislativo Federal 78.- El
sistema bicameral o bicamaral 79.- Las
Cámaras de Diputados y senadores 80.- Funcionamiento
del Congreso 81.- Facultades
exclusivas de la cámara de Diputados 82.- Facultades
exclusivas de la Cámara de Senadores 83.- Facultades
del Congreso 84.- La
Comisión Permanente 85.- Control
del Congreso sobre el poder Ejecutivo 86.- Formación
de las leyes
CAPÍTULO IV
LOS DERECHOS SUBJETIVOS PÚBLICOS
LOS DERECHOS SUBJETIVOS CIVILES
87.- Las
libertades públicas 88.- Los
conceptos de derecho subjetivo público y de garantía individual 89.- La Constitución de México y los
derechos subjetivos públicos 90.- Artículo
primero de la Constitución 91.- Artículo
segundo de la Constitución 92.- Artículo
tercero de la Constitución 93.- Artículo
cuarto de la Constitución 94.- Artículo
quinto de la Constitución 95.- Artículo
sexto de la Constitución 96.- Artículo
séptimo de la Constitución 97.- Artículo
octavo de la Constitución 98.- Artículo
noveno de la Constitución 99.- Artículo
decimo de la Constitución 100.- Artículo
onceavo de la Constitución 101.- Artículo
doceavo de la Constitución 102.- Artículo
décimo tercero de la Constitución 103.- Artículo
décimo cuarto de la Constitución 104.- Artículo
décimo quinto de la Constitución 105.- Artículo
décimo sexto de la Constitución 106.- Artículo
décimo séptimo de la Constitución 107.- Artículos:
décimo octavo décimo noveno, vigésimo,
vigésimo primero, vigésimo segundo y vigésimo tercero de la Constitución
108.- Artículo
vigésimo cuarto de la Constitución 109.- Artículo
vigésimo quinto de la Constitución 110.- Artículo
vigésimo sexto de la Constitución 111.- Artículo
vigésimo séptimo de la Constitución 112.- Artículo
vigésimo octavo de la Constitución 113.- Artículo
vigésimo noveno de la Constitución 114.- Los
derechos subjetivos políticos 115.- Derechos
y obligaciones de los ciudadanos mexicanos 116.- Pérdida
de la ciudadanía 117.- Suspensión
de la ciudadanía
CAPÍTULO V
GENERALIDADES DE DERECHO ADMINISTRATIVO:
118.- La
actividad del estado y su contenido 119.- Los
conceptos de atribución, función y servicio público 120.-La
función administrativa 121.- El
Derecho Administrativo 122.- Forma
de organización administrativa: La centralización y la descentralización
CAPÍTULO VI:
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DE PODERES LOCALES:
123.- El
poder Ejecutivo Federal 124.- Facultades
del Poder Ejecutivo 125.- La
integración del Poder Ejecutivo 126.- Atribuciones
de las secretarías y Departamentos Administrativos
CAPÍTULO VII
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DE LOS PODERES LOCALES:
127.- Los
Estados de la Federación, su organización política 128.- Derechos y obligaciones de los
Estados 129.- Los
Poderes Locales, su integración 130.- Los
Municipios 131.- El
Distrito Federal
CAPÍTULO VIII
ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO
DEL PODER JUDICIAL:
133.- La
función jurisdiccional 134.- El
Poder Judicial de la federación 135.- Control
del poder Judicial sobre los otros Poderes 136.- La
Suprema Corte de Justicia de la nación 137.- Los Tribunales de Circuito 138.- Los Juzgados de Distrito 139.- El Jurado Popular Federal 140.- Competencia de los Tribunales
Federales 141.- El
Ministerio Público Federal
TERCERA
PARTE
DERECHO
CIVIL
SECCIÓN I
TEORÍA
DE LAS PERSONAS
CAPÍTULO I
LA PERSONALIDAD:
142.- La
personalidad 143.- Especies
de personas 144.- Los
atributos de la personalidad 145.- El
nombre, el sobrenombre, el seudónimo 146.- El
domicilio, sus especies 147.- Residencia
y habitación 148.- El
estado civil 149.- El
patrimonio 150.- Principio
y fin de la personalidad
CAPÍTULO II
CAPACIDAD E INCAPACIDAD:
151.- La
capacidad, especies y concepto 152.- La
incapacidad, concepto y especies 153.- Las incapacidades naturales y
legales 154.- Las
incapacidades legales
CAPÍTULO III
INSTITUCIONES PARA LA GUARDA
DE LOS INCAPACES:
155.- La
patria potestad 156.- Duración
y efectos de la patria potestad 157.- Modos
de acabarse y suspenderse la patria potestad 158.- La
tutela, su concepto 159.- Especies
de tutela 160.- Requisitos
y excusas para el desempeño de la tutela 161.- Obligaciones
de los tutores 162.- Extinción
de la tutela 163.- La
curaduría 164.- Los
Consejos locales de tutela y los Jueces de lo familiar
CAPÍTULO IV
EL ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS Y SU REGISTRO
165.- El
estado civil de las personas y su comprobación 166.- El
Registro Civil 167.- Los
libros del Registro Civil 168.- Actas
del estado civil 169.- Las
actas del estado civil como medio de prueba
SECCIÓN II
DERECHO
DE FAMILIA
CAPÍTULO I
EL PARENTESCO
170.- Derecho
de familia 171.- La
familia 172.- Relaciones
familiares 173.- El
parentesco, sus especies 174.- Grados
y líneas del parentesco 175.- Efectos
del parentesco 176.- La obligación alimenticia 177.- Su contenido 178.- Aseguramiento y extinción de la
obligación
CAPÍTULO II
EL MATRIMONIO
179.- Importancia
social del matrimonio 180. Su
concepto 181.- Los
espósales 182.- Requisitos
para contraer matrimonio 183.- Impedimentos
184.- Derechos
y obligaciones que nacen del matrimonio 185.- Regímenes
matrimoniales 186.- Formalidades
187.- Disolución
CAPÍTULO III
PATERNIDAD Y FILIACIÓN
188.- Definición
189.- Hijos
legítimos y prueba de su filiación 190.- Hijos
legitimados y prueba de su filiación 191.- Hijos
naturales y prueba de su filiación 192.- Adopción
CAPÍTULO UNICO
AUSENCIA
193.- Concepto
194.- Sus
períodos 195.- Medidas
provisionales en caso de ausencia 196.- Declaración
de la ausencia 197.- Presunción
de muerte
CAPÍTULO ÚNICO
PATRIMONIO DE FAMILIA
198.- Importancia
y concepto 199.- Caracteres
200.- Constitución,
ampliación y disminución 201.- Extinción
CAPÍTULO ÚNICO
LAS PERSONAS JURÍDICAS
202.- Concepto
203.- Clasificación
204.- Capacidad
205.- Creación
206.- Funcionamiento
207.- Extinción
SECCIÓN III
TEORÍA DEL PATRIMONIO
CAPÍTULO I
PATRIMONIO Y PERSONA
208.- Relaciones
entre persona y patrimonio 209.- Concepto,
caracteres y elementos del patrimonio 210.- Derechos
patrimoniales y no patrimoniales 211.- Derechos
reales y derechos de crédito
CAPÍTULO II
LAS COSAS Y LOS BIENES
212.- Las
cosas como materia de las relaciones jurídicas 213.- Los bienes, su concepto 214.- Clasificación de los bienes 215.- Los bienes considerados en sí
mismos 216.- Los
bienes considerados según las personas a quienes pertenecen
CAPÍTULO III
LOS DERECHOS REALES
217.- Concepto 218.- Caracteres de derecho real 219.- Comparación entre los derechos
reales y de crédito 220.- Clasificación
de los derechos reales
CAPÍTULO IV
LA PROPIEDAD
221.- La
propiedad, su concepto y justificación 222.- Caracteres
del derecho de propiedad 223.- Modos
de adquirir la propiedad 224.- Ocupación 225.- Accesión
226.- Enajenación
227.- Prescripción
adquisitiva 228.- Herencia
229.- Otros
medios de adquirir la propiedad
CAPÍTULO V
LOS DESMEMBRAMIENTOS DE LA PROPIEDAD
230.- Los
derechos reales distintos de la propiedad 231.- El
usufructo 232.- El
uso 233.- La
habitación 234.- Las
servidumbres 235.- Derechos
reales de garantía
CAPÍTULO UNICO
LOS DERECHOS DE AUTOR
236.- Concepto
237.- Protección
de los derechos de autor 238.- Clasificación
de las obras protegidas por la ley
SECCIÓN IV
TEORÍA
DE LAS OBLIGACIONES
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
239.- Definición
de la obligación 240.- Elementos
de la obligación 241.- Especies
de obligaciones
CAPÍTULO II
FUENTES DE OBLIGACIÓN
242.- El
contrato 243.- La
voluntad unilateral 244.- Los
cuasi-contratos 245.- Los
actos ilícitos 246.- la
ley 247.- El
acto y el hecho jurídicos como fuentes de obligaciones
CAPÍTULO III
MODALIDADES DE LAS OBLIGACIONES
248.- Obligaciones
condicionales 249.- Obligaciones
a plazo 250.- Obligaciones
simples y complejas 251.- Obligaciones
divisibles e indivisibles
CAPÍTULO IV
TRANSMISIÓN DE LAS OBLIGACIONES
252.- Cesión
de derechos 253.- Cesión
de deudas 254.- Subrogación
CAPÍTULO V
EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES
255.- Efectos
de las obligaciones entre las partes 256.- Efectos
de las obligaciones con relación a tercero
CAPÍTULO VI
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
257.- Modos
de extinción de las obligaciones 258.- Pago
259.- Dación
de pago 260.- Compensación
261.- Confusión
262.- Remisión
263.- Novación
264.- Pérdida
de la cosa 265.- Término
extintivo 266.- Prescripción
extintiva 267.- Nulidad
268.- Resolución
269.- Rescisión
270.- Revocación
SECCIÓN V
LOS
CONTRATOS EN PARTICULAR
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
271.- Concepto
272.- Elementos
273.- Interpretación
274.- Efectos
275.- Clasificación
276.- Contratos
preparatorios
CAPÍTULO II
CONTRATOS TRASLATIVOS DE DOMINIO
277.- Compraventa
278.- Permuta
279.- Donación
280.- Mutuo
CAPÍTULO III
CONTRATOS TRASLATIVOS DE USO
281.- El
comodato 282.- Arrendamiento
CAPÍTULO III
CONTRATOS TRASLATIVOS DE USO
281.- El comodato 282.- Arrendamiento
CAPÍTULO IV
CONTRATOS COMO OBJETO DE LA GUARDA DE BIENES
283.- Depósito
284.- Secuestro
CAPÍTULO V
CONTRATOS QUE DAN ORIGEN A OBLIGACIONES DE HACER
285.- Mandato
286.- Contrato
de prestación de servicios 287.- Contrato
de obras a precio alzado 288.- Contrato
de transporte 289.- Contrato
de hospedaje
CAPÍTULO VI
CONTRATOS DE CONTENIDO VARIO
290.- Asociación
291.- Sociedad
292.- Aparcería
293.- Transacción
CAPÍTULO VII
CONTRATOS ALEATORIOS
294.- El
juego y la apuesta 295.- La
renta vitalicia 296.- La
compra de esperanza
CONTRATOS DE GARANTÍA
297.- Generalidades
298.- Fianza
299.- Prenda
300.- Hipoteca
CAPÍTULO UNÍCO
EL REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD
301.- Organización
302.- Funcionamiento
CUARTA
PARTE
DERECHO
PENAL
SECCIÓN I
GENERALIDADES
CAPÍTULO I
LOS ELEMENTOS DEL DERECHO PENAL
303.- Derecho
Penal 304.- El
delito 305.- El
delincuente 306.- La
pena
SECCIÓN II
LAS PENAS Y LOS
DELITOS EN PARTICULAR
CAPÍTULO I
PENAS Y MEDIDAS DE SEGURIDAD
307.- Penas
privativas de la libertad, de los derechos y de las cosas 308.- Penas preventivas 309.- Penas pecuniarias
CAPÍTULO II
APLICACIÓN DE LAS SANCIONES
Y EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
310.- Reglas
generales sobre la aplicación de las sanciones 311.- Extinción
de la responsabilidad penal
CAPÍTULO III
ALGUNOS DELITOS EN PARTICULAR
312.- Delitos
contra la seguridad de la Nación 313.- Delitos
contra el Derecho Internacional / delitos contra la humanidad 314.- Delitos contra la seguridad
pública 315.- Delitos
en materia de vías de comunicación y de correspondencia 316.- Delitos contra la autoridad 317.- Delitos contra la salud 318.- Delitos contra la moral pública y
las buenas costumbres 319.- Delitos
cometidos por servidores públicos / Delitos contra la vida y la integridad
corporal / delitos contra el honor 320.- Falsedad
321.- Delitos
contra la libertad y el normal desarrollo psicosexual / delitos contra el
estado civil y bigamia 322.- Delitos
contra la paz y seguridad de las personas / Delitos contra la vida y la
integridad corporal / delitos contra el honor 323.- Privación
de la libertad y otras garantías 324.- Delitos
contra las personas en su patrimonio 325.- Delitos
electorales y en materia de Registro Nacional de Ciudadanos 326.- Delitos ambientales
QUINTA PARTE
ALGUNOS
TEMAS DE DERECHO MERCANTIL
CAPÍTULO I
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Y EL COMERCIO
327.- La
actividad económica 328.- Las
etapas del proceso económico 329.- El
comercio y el proceso económico 330.- El
comercio 331.- El
comercio y su reglamentación jurídica
CAPÍTULO II
EL DERECHO MERCANTIL
332.- Definición
del derecho Mercantil 333.- Relación
del derecho mercantil con el civil 334.- Substantividad
del derecho mercantil 335.- Aspectos
subjetivo y objetivo del derecho mercantil 336.- Clasificación
del derecho mercantil
CAPÍTULO III
FUENTES DEL DERECHO MERCANTIL
337.- Fuentes
del Derecho Mercantil. Su jerarquización 338.- La
ley mercantil 339.- Su
jerarquización 340.- La
jurisprudencia mercantil 341.- La
costumbre y el uso mercantiles 342.- La
doctrina mercantil 343.- Legislación mercantil especial
CAPÍTULO IV
EL ACTO JURÍDICO MERCANTIL
344.- El
acto jurídico mercantil 345.- Clasificación
de los actos de comercio 346.- Enumeración
legal de los actos de comercio 347.- Aplicación
del artículo 75 del Código 348.- Actos
mixtos
CAPÍTULO V
LOS COMERCIANTES PERSONAS FISICAS
349.- Los sujetos de la relación
mercantil 350.- Los
comerciantes, personas físicas 351.- Condiciones
exigidas por la ley para ejercer el comercio 352.- Capacidad
353.- Ejercicio
354.- Profesión
355.- Personas
a quienes se prohíbe ejercer el comercio
CAPÍTULO VI
AGENTES AUXIIARES DEL COMERCIANTE
356.- La
representación jurídica 357.- Loa
auxiliares del comerciante 358.- Los
corredores 359.- Las
comisionistas 360.- Los
factores 361.- Los
dependientes 362.- Otros
auxiliares del comerciante
CAPÍTULO VII
LAS OBLIGACIONES DE LOS COMERCIANTES
363.- Generalidades
y enumeración 364.- la
publicidad de la calidad mercantil 365.- El
Registro de Comercio 366.- La
contabilidad mercantil 367.- La
correspondencia mercantil 368.- otras
obligaciones del comerciante
CAPÍTULO VIII
LOS COMERCIANTES, PERSONAS JURÍDICAS
369.- El
comerciante como persona jurídica 370.- Sociedades
Civiles y sociedades Mercantiles 371.- El
contrato de sociedad 372.- Especies
y clasificación de las sociedades 373.- Personalidad
jurídica de las sociedades
CAPÍTULO IX
EL CONTRATO DE SOCIEDAD MERCANTIL
374.- Elementos
del contrato de Sociedad 375.- La
voluntad de las partes 376.- El
objeto, materia de contrato 377.- El
fin del contrato de sociedad 378.- La
forma del contrato de Sociedad 379.- Requisitos
del contrato de Sociedad
CAPÍTULO X
EL CONTRATO DE SOCIEDAD MERCANTIL
(REQUISITOS SECUNDARIOS DEL CONTRATO) CONTINUACIÓN
380.- Sistema
de administración 381.- El
sistema de distribución de utilidades y pérdidas 382.- La integración de los fondos de
reserva y previsión 383.- Causas
de disolución de la sociedad 384.- El
sistema de liquidación
CAPÍTULO XI
LAS COSAS MERCANTILES
385.- Generalidades
386.- Concepto de la mercancía 387.- El fondo de comercio 388.- Las patentes 389.- Las marcas, nombres y avisos
comerciales 390.- Los
buques 391.- El
dinero
LO TÍTULOS DE CRÉDITO
392.- Generalidades
393.- Concepto
394.- Caracteres
395.- Especies
396.- Títulos
nominativos 397.- Transmisión
de los títulos nominativos 398.- Títulos
al portador 399.- Su
transmisión 400.- Pago
de los Títulos
Índice
alfabético
FICHA TÉCNICA:
1
Libro
456
Páginas
En
formato de 16.5 por 23.5 por 3.5 cm
Pasta
dura en color
Primera
edición 1944
47ª
Edición
ISBN
970073708X
Autor
Efraín Moro Salazar y
José
Miguel Soto
EDITOR
PORRÚA
FAVOR DE PREGUNTAR
POR EXISTENCIAS EN:
Correo
electrónico:
Celular:
6671-9857-65
Gracias
a Google por publicarnos
Quedamos
a sus órdenes
ELEMENTOS DE DERECHO
=
= = = = = = = = = =
No hay comentarios:
Publicar un comentario