miércoles, diciembre 25, 2024

ELEMENTOS DE DERECHO

 
ELEMENTOS DE DERECHO

1 Libro Autor Efraín Moro Salazar y

José Miguel Soto

EDITOR PORRÚA

TOMADO DE LA 47ª Edición

LIBRO RECOMENDADO Y POR ENCARGO

 

EN EL PROLOGO:

Una de las tareas más importantes en todos los tiempos y particularmente en épocas como la actual, cargadas de aguas contradicciones y convulsionadas por situaciones críticas, es la de educar, la de formar conciencias, principalmente de las nuevas generaciones para que tengan principios verdaderos, claros y firmes, sobre las cuestiones fundamentales

A este propósito responde, plenamente, el libro “ELEMENTOS DE DERECHO” del señor licenciado Efraín Moto Salazar, que alcanzar ahora su nueva edición, ya que esta obra, no es solamente ampliamente informativa sino también y principalmente formativa de las inteligencias juveniles. En ella adquieren con facilidad, con graduación y con método, los datos esenciales de la difícil ciencia y arte del derecho y sus principales instituciones

En efecto, la inteligencia humana ha sido creada esencialmente para la verdad y para el orden y cuando se le muestra, como en esta obra: ELEMENTOS DEL DERECHO; el bien especifico de la inteligencia: la verdad y el orden, ello es suficiente atractivo para que el lector las conozca, ame y procure para sí y para los demás

El licenciado Moto Salazar sitúa al derecho dentro de la vida social. El derecho es una parte del orden social. El orden jurídico es un dato o elemento del orden social. Tal vez no hay realidad en lo humano, tan fecunda como el orden, ni concepto tan valioso y tan necesario como lo que se refiere a esa realidad

El orden exige, multiplicidad, pluralidad, variedad de seres; pero reclama también la unidad en esa variedad. Esa unidad no es la uniformidad sino la variedad que matiza y enriquece la unidad que resulta del fin del orden. En el orden hay coordinación; pero hay también y sobre todo subordinación, jerarquía, impuesta por la unidad del fin. Existe, además, integración para que no falte nada de lo que debe existir en el orden. Hay también, proporción. El orden es un factor de belleza y por ello Santo Tomás, proporción. El orden es un factor de belleza y por ello Santo Tomás definió a ésta como “el esplendor o luminosidad del orden”

Un orden dinámico, como es el que implica la vida social es una parte del orden absoluto y universal de seres y de fines divinamente establecido

En la vida social, la unidad la establece el fin. El fin de toda vida social, expresó su santidad Pío XII “permanece idéntico, sagrado, obligatorio: el desarrollo de los valores personales del hombre en cuanto imagen de Dios. Y para cada miembro de la familia humana, subsiste de modo permanente, la obligación de realizar los fines inmutables de Dios, cualquiera que sea el legislador o la autoridad a que esté sometido

El orden social, la vida, social está ordenada y puesta al servicio de la persona para que está promueve y gestione el bien; para que en el campo especifico de la libertad, cumpla y desarrolle, por su actividad responsable y libre, el orden social no está al servicio de la persona egoístamente concebida como el fin último de sí misma, sin vínculos comunitarios, sin responsabilidades con sus semejantes, como pensó el individualismo liberal

El orden social es un orden humano y, por lo tanto, es un orden racional y es un orden de libertad y de igualdad de los hombres, es esencia y en dignidad. Ese reconocimiento de la prioridad ontológica y de finalidad de la persona humana. Ese reconocimiento de la prioridad ontológica y de finalidad de la persona humana respecto de la sociedad, sitúa respecto de la sociedad, sitúa a la sociedad en su verdadero lugar y al servicio de su misión propia: como el medio natural, benéfico, providencial, para que todos y cada uno de los seres humanos, alcancen, con dignidad, su libertad y con solidaridad, su destino temporal y su destino trascendente

En la admirable encíclica Mater et Magistra, se declara, con absoluta precisión, que el principio fundamental de la convivencia, en la doctrina social de la iglesia, “consiste en que cada uno de los seres humanos, es y debe ser, el fundamento, el fin y el sujeto de todas las instituciones en que se expresa y actúa la vida social: cada uno de los seres visto en lo que es y en lo que debe ser, según su naturaleza intrínsecamente social, y en el plano providencial de su elevación al orden sobrenatural”

Las relaciones entre las personas, entre las comunidades y entre los pueblos, están regidas por los mismos principios ordenadores: la convivencia en la verdad, en la justicia, en el bien, en la solidaridad fraterna y generosa, en la paz, en el amor y en la libertad, según enseña la encíclica Pacem in Terris

Si se compara esta luminosa doctrina de la convivencia con la estrecha y pobre que revela la expresión de “coexistencia pacífica” no puede menos de reconocerse que esta última encierra los caracteres ya señalados de miseria y error intelectuales y de falsa apreciación moral. En efecto, pueden en el mismo lugar y tiempo, existir a la vez (coexistir) víctimas y verdugos, tiranos responsables de genocidas y pueblos privados de su autodeterminación, de su independencia, asesinos y santos; pero no se da, por culpa de los malvados, un vínculo y un fin común que los lleve, a todos, a rendir testimonio de la verdad de la verdad en el amor; no están, todos, persiguiendo una meta común; no buscan, todos, la seguridad del bien obrar. Esa coexistencia no puede significar ideal alguno que atraiga una aspiración verdaderamente humana. Esa coexistencia no puede, tampoco, ser pacífica, porque la paz, en la superada definición de San Agustín, es “el tranquilo convivir en el orden” y si no puede haber convivencia en la pura coexistencia, menos aún puede lograrse tranquilidad y mantenerse la paz, donde se niegan y se escarnecen la justicia y el bien

El orden social supone jerarquía, exige el reconocimiento del valor y de la importancia de cada uno de los elementos que lo integran: cada elemento en su sitio y al servicio de su función propia, prestando su cooperación al fin común: lo material inanimado, debe estar subordinado a lo vital; lo vital a lo espiritual; lo espiritual natural a lo espiritualidad sobrenatural. Dentro de cada aspecto lo particular debe estar subordinado a lo general. La técnica en su carácter instrumental, debe servir y no constituir obstáculo para los valores superiores. La técnica y los demás bienes instrumentales deben ser conceptuados como elementos “cuyo uso es indispensable, para el ejercicio de la virtud” Pensar o actuar en otra forma, es subvertir la jerarquía de los valores”

Una aplicación concreta de este aspecto jerárquico del orden se encuentra en la ya citada encíclica Mater et Magistra en la que se afirma:

“… Ha de observarse que, en nuestros días, se aspira, más que a convertirse en propietario de bienes, a adquirir capacidades profesionales; y se alimenta una mayor confianza en las entradas cuya fuente es el trabajo o derechos fundados sobre el trabajo, que en las entradas cuya fuente es el capital o derechos fundados sobre el capital”

“Eso, por otra parte, está en armonía con el carácter preminente del trabajo como expresión inmediata con el carácter preminente del trabajo como expresión inmediata de la persona, frente al capital, o bien de orden instrumental según su naturaleza; y ha de ser considerado, por tanto, un paso hacia adelante en la civilización humana”

En el orden social reclama la proporción. Cada uno de los elementos que deben integrarlo ha de figurar dentro de él, no solo en la jerarquía adecuada, sino en la justa intervención, en la medida que las circunstancias de tiempo y lugar exijan. Esa proporción debe operar no sólo en relación con los demás partes que forman el orden, sino también en relación al todo, para que en esa forma, el desarrollo de cada uno de los elementos y del todo, sean perfectivos. Todo desquiciamiento en la evolución cultural de una persona o de una comunidad, obedece, como enseño Su Santidad Pío XII, a una desproporción entre los progresos técnicos y los progresos espirituales y concretamente morales. Por ello, el desarrollo de la ciencia, la mayor abundancia de recursos materiales, el perfeccionismo de la  técnica, deben, precederse o acompañarse en la persona y en las comunidades de elevaciones espirituales y específicamente morales que encaucen al buen uso de esos instrumentos para hacerlos patrimonio común de la humanidad y afectarlos permanentemente al servicio de la verdad, del bien y de la paz. Jamás deben ser, esos bienes instrumentales, obstáculos a la libertad para el bien o lesionar o volver inoperantes derechos naturales indescriptibles

Todo aquello que se identifica con una desproporción abierta o simulada entre el éxito material y su fundamento moral, se derrumba tarde o temprano, como lo ha puesto de manifiesto la historia, entre otros ejemplos con el totalitarismo nacional – socialista de A. H. y como lo pondrá de manifiesto con los otros totalitarismos que imponen el error socialista y que aún existen en la actualidad

El orden social tiene como elementos a sociedades y comunidades familias, municipios, sindicatos, federaciones de estados, comunidad internacional. En el campo de cada comunidad nacional, cada uno de estos elementos debe ser internamente autónomo e independiente de los poderes públicos, sin perjuicio de su cooperación al bien común. Pero no es menor necesario que dichos organismos presenten forma y substancia de verdaderas comunidades; y por lo mismo, los respectivos miembros sean en ellos considerados y tratados como personas y sean estimulados a tomar parte activa en la vida social”, expresa la Mater et Magistra

 Tanto las personas como las comunidades tienen la obligación de cooperar activamente y por propio convencimiento a la realización de sus fines y de cooperar al bien general de la vida comunitaria. Dios llama a cada ser a su colaboración activa y condena la ociosidad y la pasividad frente a las exigencias de la propia perfección, como lo pone de manifiesto, entre otras, la parábola de los talentos, la perfección de un ser consiste en la adecuada y completa realización de su fin

 Es fundamental en el orden social la nota de la solidaridad responsable. Todo obra sobre todo. La expresión de Caín ¿Soy acaso el guardián de mi hermano?, es la frase del asesino que quiere ocultar su crimen invocando un falso principio negador de esa solidaridad: el del aislamiento egoísta; el que niega el ser humano su naturaleza esencialmente social. Todos aprovechamos más o menos el bien que se realiza; pero todos somos más o menos responsables del mal que se trama o se consuma. Dogmas como el del pecado original, el de la comunión de los santos, el del cuerpo místico de Cristo, el de la universalidad de la redención, elevan al plano sobrenatural ese dato natural de la solidaridad responsable del mal que se trata o se consuma. Dogmas como el del pecado original, el de la comunión de los santos, el del cuerpo místico de Cristo, el de la universalidad de la redención, elevan al plano sobrenatural ese dato natural de la solidaridad responsable

Otro dato que debe de figurar entre los que constituyen el orden social es el de la subsidiariedad. En virtud de ese dato debe de reconocerse, garantizarse y promoverse que lo que una persona pueda y deba hacer con sus propios elementos y facultades, no le sea arrebatado para confiarlo a una comunidad; que lo que una sociedad menor (por ejemplo, una familia) debe hacer por corresponder a su finalidad especifica (como la educación de los hijos) no se le quite para confiarlo a una sociedad mayor (por ejemplo, el municipio o el Estado). Respetando ese campo mayor de competencias, queda el poder, la autoridad propia del Estado, con la insustituible y especifica tarea de orientar, estimular, coordinar, dirigir, urgir, castigar y suplir, de acuerdo con las exigencias del bien común, pero sin absorber, destruir o privar de acción o de iniciativa a las personas o las comunidades

El principio de subsidiariedad, admite que, por razón de incapacidad temporal de una sociedad menor pueda una mayor hacerse cargo, temporalmente, de una manera propia de esa comunidad menor; pero siempre que ello lo realice también temporalmente, en plan de auxilio, y promoviendo, a la vez, la sociedad mayor que, a la brevedad posible, esté en aptitud de tomar a su cargo su tarea específica, la menor

El orden reclama también como dato esencial el de su integridad. No hay orden social donde le falte un bien necesario, aunque se invoquen para ello pretextos especiosos. El orden reclama, según enseño su santidad Pío XII, que no se sacrifique un bien a otro bien, sino que se armonicen todos en la verdad, en la justicia, en la fraternidad y en la paz. Así, por ejemplo, es frecuente que se pretenda excusar la falta de libertad en determinados regímenes con el argumento de que hay en cambio bienestar material; que en otros casos, se pretenda justificar el desconocimiento de derechos esenciales y de libertades fundamentales con el aliciente del desarrollo económico; la negación del derecho de conciencia a su libertad con el señuelo del progreso, o que se pretenda aplastar la iniciativa de las personas o de las comunidades  con el espejismo de la eficiencia del Estado

La eficacia y la libertad no están reñidas, el desarrollo económico puede y debe realizarse dentro del progreso social, la suficiencia debe alcanzarse dentro de la paz; el que la propiedad, -la casa, el vestido y el sustento- lleguen a todos los hombres y a todas las familias, es signo de que la vida social no se pliega a intereses unilaterales, sino que tiende a armonizar todos los intereses en la verdad, en la justica y en el amor. Es tan importante este carácter integral del orden que la ya citada encíclica, Mater et Magistra, a propósito de las exigencias de la justicia, frente a las estructuras productoras dice expresamente: “La justicia ha de ser respeta no solamente en la distribución de la riqueza, sino además en cuanto a la estructura de las empresas en que se cumpla la actividad productora. Porque en la naturaleza de los hombres se halla involucrada la exigencia de que en el desenvolvimiento de su actividad productora, tengan posibilidad de empeñar la propia responsabilidad y perfeccionar el propio ser”

“Por tanto, si las estructuras, el funcionamiento, los ambientes de un sistema económico, son tales que comprometen la dignidad humana de cuantos ahí despliegan las propias actividades, o que las entorpecen sistemáticamente el sentido de responsabilidad, o constituyen un impedimento para que pueda expresarse de cualquier modo su iniciativa personal: un tal sistema económico es injusto; aún en el caso de que, por hipótesis, la riqueza producida en él alcance altos niveles y sea distribuida según criterios de justicia y equidad”

El bien común, que es la meta inmediata del orden social puede ser definido como el conjunto de condiciones, en su mayoría y de preferencia, de carácter institucional, que hacen posible y auxilian a la persona humana para que este alcance su armónica perfección física, intelectual y moral, como imagen de Dios, que vive en fraterna solidaridad con sus semejantes y lucha, con su propia responsabilidad e iniciativa, para lograr sus fines temporales y trascendente, dentro del bien de toda la humanidad

Su Santidad Pío XII varias veces expuso que la gran miseria del orden social actual, “consiste en que no es ni profundamente cristiano, ni verdaderamente humano, sino únicamente técnico y económico y no reposa en alguna manera sobre lo que debería ser su base y el fundamento sólido de su unidad: es decir, el carácter común de hombres por la naturaleza y de hijos de Dios por gracia de la adopción divina”

Hacer de lo material y de técnica, los valores por excelencia, es como se ha dicho antes, subvertir el orden, es atrofiar el campo de la vida humana y restringir indebidamente su panorama. Lo material y lo técnico tiene sentido y valor cuando sirven al espíritu para el bien; cuando “son instrumento y rinden testimonio de la eterna verdad, bondad, armonía y ayudan a practicar la verdad en el amor”

“… la civilización <progresista>, a saber únicamente materialista, prescribiendo ciertos valores y elementos necesarios en la vida de las familias y de los pueblos, acaba por privar al hombre de la forma genuina de pensar, de juzgar y de obrar. Porque ésta, para que pueda alcanzar la verdad, la justicia y la honradez, para ser humana, exige la mayor amplitud y una dirección multiforme. Por el contrario, cuando el progreso técnico aprisiona al hombre dentro de sus espirales, segregándolo del resto del universo, especialmente del espiritual e interior, le comunica sus propios caracteres, de los que, los más notorios, son la superficialidad y la inestabilidad” (Su santidad Pío XII, mensaje de Navidad, de 1957)

El hombre creado con un alma espiritual, está hecho para el orden, para la armonía, para la plena efusión del espíritu. Es un derecho y es un deber que pertenecen a la plena responsabilidad del cristiano, según el mensaje citado, el sostener, conservar, desarrollar, aplicar y defender el orden divino en el mundo

Para que un orden social pueda ser calificado de humano y para que en el mismo se garantice y asegure la eficaz realización del bien común, se requiere que en la comunidad de que se trate, se den y se mantengan, en su objetiva jerarquía y en su justa proporción y estructurada armonía de un modo estable y permanente, las condiciones morales, económicas, jurídicas, políticas y en general culturales, que permitan. Favorezcan y promuevan, para todas y cada una de las personas que integran la comunidad, el que éstas alcancen su salvación y su bienestar temporal, en fraterna solidaridad con sus semejantes

El orden jurídico positivo, en sus diversas formas e instituciones, tiene como fin el de servir de defensa, apoyo y protección externa al orden social. El orden jurídico positivo sólo puede regir los actos libres, externos e interhumanos de la persona humana, en cuanto lo reclame el bien común bajo el imperio de la justicia y para ayudar a la seguridad, dentro de la paz.  Poder, la fuerza del derecho, nace del orden

Cicerón afirmó que la esencia del derecho tenía que derivarse de la naturaleza humana. No puede conocerse el derecho, si no se tiene presente lo que el hombre, su origen, su dignidad, su destino, el sentido del dolor y el puesto que la persona ocupa en el cosmos

Entre las valiosas aportaciones que, para el conocimiento del hombre realizo la cultura antigua, figuran su descubrimiento de que el alma humana es, en cierto sentido, todas las cosas, porque puede abarcarlas con su inteligencia, que nada de lo humano debe ser extraño al hombre; que éste es un microcosmos que se encuentra dentro del inmenso macrocosmos que su expresión de orden, decoro y armonía maravilloso

Sin embargo, sólo la revelación cristiana da, respecto del hombre, y para los fines de su elevación, el conocimiento verdadero e integral. El hombre, enseña esa revelación, es una substancia espiritual de naturaleza racional y, por tanto, libre; es una persona que vale por sí misma, más que el inmenso universo inanimado; que tiene un valor trascendental y absoluto porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, con un alma inmortal. El hombre es portador de acciones y omisiones libres y por tanto es responsable de sus actos y de su destino temporal y eterno, capaz de gobernarse a sí mismo y de encontrar en ello una alta expresión de su dignidad; que en esta vida y en la otra sólo tiene a Dios como fin último

Lo que coloca al hombre por encima de los seres inanimados, de las plantas y de los animales, distinguiéndolo esencialmente de ellos, a pesar de participar de algunas de las notas de éstos, en su carácter específico de agente racional; su capacidad de conocer, su voluntad dotada de libertad y capaz de amar. En el hombre existe la posibilidad, física, de hacer el bien o de perpetrar el mal, con consecuencias radicalmente diversas. Si el hombre, siguiendo el dictamen de su recta conciencia, acatando la ley natural, no escrita sino inscrita por Dios en su corazón, cumple y desarrolla, por el buen uso de su libertad, el orden absoluto y universal de seres y de fines divinamente establecido, a la vez que conserva su puesto dentro de ese orden, logra su propia perfección. Si, por el contrario, haciendo mal uso de su libertad, viola ese orden, al mismo tiempo que siembra el caos, altera la armonía del cosmos, labra su propia degradación y se frustra como persona humana

En la tercera década de este siglo, un joven filósofo judío – alemán, Pablo Luis Landsberg en marcha hacia su conversión al catolicismo, escribió un libro, La edad media y nosotros, en el que destacó la importancia de la idea de orden en la formación cultural y expuso que el hombre es el único ser que, por el mal uso de su libertad, puede alcanzar la triste característica de desertor del orden. “Toda destrucción del orden –dijo-, es un abandono del puesto del hombre”

Este filósofo (que habría de resultar víctima en unión de su esposa de la persecución nazi en la Segunda Guerra Mundial) subrayó también la importancia que tiene el amor en el conocimiento de las verdades fundamentales. Una vez que la inteligencia capta una realidad, es el amor quien le ayuda a profundizarla “La verdad de las cosas –dijo- sólo se revela a los ojos del amante”

El concepto del hombre, realidad espiritual, no puede ser percibido, ni conocido, sino a través del espíritu ayudando del amor. En balde, en la época actual, de la “segunda revolución técnica”

El hombre que asiste a la segunda revolución técnica, en su vana autosuficiencia, después de eliminar de todos los actos humanos, la libertad, pretende tratarlos con el mismo método materialista que ha aplicado, con tanto éxito, en los campos de la materia inanimada. Ese hombre, dice Su santidad Pío XII en su Mensaje de Navidad de 1956, en su ingenuo y falso optimismo, reniega y desarraiga al hombre de la historia y considera el progreso, limitado a lo material, a lo exclusivamente técnico, y piensa que si la técnica no ha logrado aún todo el éxito que le corresponde, es porque a su beneficio influjo se oponen los que llama “prejuicios” religiosos y pretende, también, tratar a los hombres como simples piezas de un mecanismo de relojería que están en manos de los constructores de la nueva civilización, y a quienes deben quedar totalmente sometidos en el despliegue de su actividad

Esa cosmovisión del hombre “moderno” además de falsas, es incompleta: en ella faltan muchos datos esenciales, desde luego, el de la libertad, principio espiritual de la conducta moral y también los datos reales del pecado y de la gracia

El pecado original y los pecados actuales que son causa de profundos desórdenes personales y sociales. El dogma del pecado original, explica luminosamente un hecho observado desde los primeros pensadores de la antigüedad y además de diaria y constante experiencia: la contradicción, la interna división del hombre dentro de sí mismo; la rebeldía de su parte sensible contra la parte espiritual de su ser, su condición de “mitad bestia y mitad ángel” a que se refería Pascal, la inconsistencia en el bien, la dificultad de realizarlo y sobre todo la necesidad del auxilio permanente de la gracia divina y de pedir ese auxilio confiada, constante y humildemente para alcanzar el destino eterno

Sobre este particular, Su Santidad Pío XII hizo, entre otras en diversos documentos, estas advertencias: “La iglesia ha afirmado el valor de lo que es humano y conforme a la naturaleza; sin vacilación ha buscado la forma de desarrollarlo y destacarlo con todo su brillo; la Iglesia no admite que, frente a Dios, el hombre no sea más que corrupción y pecado. Por el contrario, a sus ojos, el pecado original no ha afectado íntimamente sus aptitudes y sus fuerzas, ha dejado incluso esencialmente intactas la luz natural de su inteligencia y su libertad. El hombre dotado de esta naturaleza, está sin duda, herido y debilitado por la pasada herencia de una naturaleza caída y privada de sus dones, sobrenaturales y preternaturales; le es preciso esforzarse para observar la ley natural –y ello con el socorro todopoderoso de la gracia de cristo- para vivir como lo exigen el honor de Dios y su propia dignidad del hombre”

“La culpa original y sus consecuencias privaron al hombre no del dominio de la tierra, sino de la seguridad de su ejercicio y el hombre sabe que con la caída que siguió a la primera culpa, no se destruyeron ni la capacidad, ni el destino del hombre para formar la historia, sino que éste tuvo que caminar, arrastrándose por penoso progreso, en una mezcla de confianza y de angustia, de riqueza e incertidumbre, hasta la última decisión humana, tomada ya en los umbrales de la eternidad”

San pablo expresa en una frase de su Epístola a los corintos el puesto del hombre en el cosmos, para los fines de salvación: “Todo es vuestro; pero vosotros sois de cristo y cristo es de Dios” En eso se basa –enseña Su Santidad Pío XII- la responsabilidad del cristiano para cooperar a conservar y desarrollar el orden del mundo y la formación de la historia y afirma que el cristianismo no debe dejarse superar de los enemigos de dios, en una vida laboriosa y emprendedora, ni en el espíritu de sacrificio. “No existen –dice- terrenos prohibidos, ni direcciones vedadas a la acción del cristiano: ningún campo de vida, ninguna institución, ningún ejercicio de poder, pueden ser inhibidas a los cooperadores de dios, para sostener el orden divino y la armonía del mundo”

ESCRITO POR LO ANTERIOR DE:

Manuel Ulloa Ortiz

En México, D.F., primero de abril de 1964

ÍNDICE GENERAL:

Dedicatoria

Nota preliminar a la primera edición

Nora preliminar

Prólogo

PRIMERA PARTE

LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES

INTRODUCCIÓN Y PARTE GENERAL

LA SOCIEDAD Y EL DERECHO:

1.- Individuo y sociedad 2.- Relaciones sociales 3.- Las relaciones sociales y sus normas 4.- Las relaciones sociales y sus normas 5.- Las normas jurídicas 6.- La Ley 7.- La sanción a las normas jurídicas 8.- Moral y derecho

CAPÍTULO I

EL DERECHO EN GENERAL

9.- Etimología de la palabra derecho 10.- Sus dos sentidos fundamentales 11.- Derecho positivo y Derecho Natural 12.- Definición del Derecho Positivo 13.- Las fuentes del Derecho 14.- La Ley 15.- La jurisprudencia 16.- La Costumbre y el uso 17.- La doctrina 18.- Jerarquización de las fuentes del derecho 19.- Codificación

CAPÍTULO II

CLASIFICACIÓN DEL DERECHO

20.- Necesidad de una clasificación del Derecho 21.- Derecho Subjetivo y derecho Objetivo 22.- Clasificación del derecho Subjetivo 23.- Derecho Objetivo (sus divisiones) 24.- Derecho Interno (sus divisiones) 25.- Derecho Público (sus divisiones) 26.- Derecho Privado (sus divisiones) 27.- Derecho Externo 28.- Clasificación del derecho Mexicano con relación a nuestra organización política 29.- Esquema de la clasificación del Derecho

CAPÍTULO III

TEORÍA DE LOS HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS

30.- Definición de los hechos jurídicos 31.- División de los hechos jurídicos 32.- División de los actos jurídicos 33.- Las diversas especies de actos jurídicos 34.- Requisitos de existencia de los actos jurídicos 35.-  Requisitos de validez de los actos jurídicos 36.- Elementos del acto jurídico

CAPÍTULO IV

EFECTOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS

37.- Actos puros y simples 38.- Modalidades de los actos jurídicos 39.- La condición 40.- El término 41.- El modo

CAPÍTULO V

INVALIDEZ DE LOS ACTOS JURÍDICOS

42. Noción general sobre la invalidez de los actos jurídicos 43.- Actos inexistentes 44.- Actos nulos 45.- Actos anulables 46.- Efectos de los actos inexistentes, nulos y anulables 47. Efectos comunes a todas las especies de nulidad

CAPÍTULO VI

LA LEY

48.- Definición y caracteres de la ley 49.- Algunas clasificaciones de la ley 50.- Aplicación de la ley en el espacio 51.- Aplicación de la ley en cuanto al tiempo 52.- Retroactividad de la ley 53.- Aplicación de la ley en cuanto a su forma y modo 54.- Aplicación de la ley en cuanto a su forma y modo 55.- Interpretación de la ley 56.- Promulgación y publicación 57.- Abrogación y derogación de la ley

SEGUNDA PARTE

DERECHO CONSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVO

CAPÍTULO I

GENERALIDADES

58.- Derecho Constitucional 59.- La Nación 60.- El Estado 61.- Estado y Nación 62.- Formación natural del Estado 63.- Estado y derecho 64.- Hombre y Estado 65.- La misión del Estado 66.- Órganos del estado 67.- Gobierno. Sus formas principales 68.- Monarquía limitada e ilimitada 69.- República 70.- Gobierno Ejecutivo Dictatorial

CAPÍTULO II

ORGANIZACIÓN DEL ESTADO MEXICANO

71.- Elementos del estado Mexicano 72.- La población: mexicanos y extranjeros 73.- Derechos y obligaciones de los mexicanos 74.- El territorio 75.- El Gobierno Federal y local 76.- La Constitución, ley fundamental de México

CAPÍTULO III

ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

DEL PODER LEGISLATIVO

77.- El Poder legislativo Federal 78.- El sistema bicameral o bicamaral 79.- Las Cámaras de Diputados y senadores 80.- Funcionamiento del Congreso 81.- Facultades exclusivas de la cámara de Diputados 82.- Facultades exclusivas de la Cámara de Senadores 83.- Facultades del Congreso 84.- La Comisión Permanente 85.- Control del Congreso sobre el poder Ejecutivo 86.- Formación de las leyes

CAPÍTULO IV

LOS DERECHOS SUBJETIVOS PÚBLICOS

LOS DERECHOS SUBJETIVOS CIVILES

87.- Las libertades públicas 88.- Los conceptos de derecho subjetivo público y de garantía individual 89.- La Constitución de México y los derechos subjetivos públicos 90.- Artículo primero de la Constitución 91.- Artículo segundo de la Constitución 92.- Artículo tercero de la Constitución 93.- Artículo cuarto de la Constitución 94.- Artículo quinto de la Constitución 95.- Artículo sexto de la Constitución 96.- Artículo séptimo de la Constitución 97.- Artículo octavo de la Constitución 98.- Artículo noveno de la Constitución 99.- Artículo decimo de la Constitución 100.- Artículo onceavo de la Constitución 101.- Artículo doceavo de la Constitución 102.- Artículo décimo tercero de la Constitución 103.- Artículo décimo cuarto de la Constitución 104.- Artículo décimo quinto de la Constitución 105.- Artículo décimo sexto de la Constitución 106.- Artículo décimo séptimo de la Constitución 107.- Artículos: décimo octavo décimo noveno, vigésimo,  vigésimo primero, vigésimo segundo y vigésimo tercero de la Constitución 108.- Artículo vigésimo cuarto de la Constitución 109.- Artículo vigésimo quinto de la Constitución 110.- Artículo vigésimo sexto de la Constitución 111.- Artículo vigésimo séptimo de la Constitución 112.- Artículo vigésimo octavo de la Constitución 113.- Artículo vigésimo noveno de la Constitución 114.- Los derechos subjetivos políticos 115.- Derechos y obligaciones de los ciudadanos mexicanos 116.- Pérdida de la ciudadanía 117.- Suspensión de la ciudadanía

CAPÍTULO V

GENERALIDADES DE DERECHO ADMINISTRATIVO:

118.- La actividad del estado y su contenido 119.- Los conceptos de atribución, función y servicio público 120.-La función administrativa 121.- El Derecho Administrativo 122.- Forma de organización administrativa: La centralización y la descentralización

CAPÍTULO VI:

ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

DE PODERES LOCALES:

123.- El poder Ejecutivo Federal 124.- Facultades del Poder Ejecutivo 125.- La integración del Poder Ejecutivo 126.- Atribuciones de las secretarías y Departamentos Administrativos

CAPÍTULO VII

ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

DE LOS PODERES LOCALES:

127.- Los Estados de la Federación, su organización política 128.- Derechos y obligaciones de los Estados 129.- Los Poderes Locales, su integración 130.- Los Municipios 131.- El Distrito Federal

CAPÍTULO VIII

ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

DEL PODER JUDICIAL:

133.- La función jurisdiccional 134.- El Poder Judicial de la federación 135.- Control del poder Judicial sobre los otros Poderes 136.- La Suprema Corte de Justicia de la nación 137.- Los Tribunales de Circuito 138.- Los Juzgados de Distrito 139.- El Jurado Popular Federal 140.- Competencia de los Tribunales Federales 141.- El Ministerio Público Federal

TERCERA PARTE

DERECHO CIVIL

SECCIÓN I

TEORÍA DE LAS PERSONAS

CAPÍTULO I

LA PERSONALIDAD:

142.- La personalidad 143.- Especies de personas 144.- Los atributos de la personalidad 145.- El nombre, el sobrenombre, el seudónimo 146.- El domicilio, sus especies 147.- Residencia y habitación 148.- El estado civil 149.- El patrimonio 150.- Principio y fin de la personalidad

CAPÍTULO II

CAPACIDAD E INCAPACIDAD:

151.- La capacidad, especies y concepto 152.- La incapacidad, concepto y especies 153.- Las incapacidades naturales y legales 154.- Las incapacidades legales

CAPÍTULO III

INSTITUCIONES PARA LA GUARDA

DE LOS INCAPACES:

155.- La patria potestad 156.- Duración y efectos de la patria potestad 157.- Modos de acabarse y suspenderse la patria potestad 158.- La tutela, su concepto 159.- Especies de tutela 160.- Requisitos y excusas para el desempeño de la tutela 161.- Obligaciones de los tutores 162.- Extinción de la tutela 163.- La curaduría 164.- Los Consejos locales de tutela y los Jueces de lo familiar

CAPÍTULO IV

EL ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS Y SU REGISTRO

165.- El estado civil de las personas y su comprobación 166.- El Registro Civil 167.- Los libros del Registro Civil 168.- Actas del estado civil 169.- Las actas del estado civil como medio de prueba

SECCIÓN II

DERECHO DE FAMILIA

CAPÍTULO I

EL PARENTESCO

170.- Derecho de familia 171.- La familia 172.- Relaciones familiares 173.- El parentesco, sus especies 174.- Grados y líneas del parentesco 175.- Efectos del parentesco 176.- La obligación alimenticia 177.- Su contenido 178.- Aseguramiento y extinción de la obligación

CAPÍTULO II

EL MATRIMONIO

179.- Importancia social del matrimonio 180. Su concepto 181.- Los espósales 182.- Requisitos para contraer matrimonio 183.- Impedimentos 184.- Derechos y obligaciones que nacen del matrimonio 185.- Regímenes matrimoniales 186.- Formalidades 187.- Disolución

CAPÍTULO III

PATERNIDAD Y FILIACIÓN

188.- Definición 189.- Hijos legítimos y prueba de su filiación 190.- Hijos legitimados y prueba de su filiación 191.- Hijos naturales y prueba de su filiación 192.- Adopción

CAPÍTULO UNICO

AUSENCIA

193.- Concepto 194.- Sus períodos 195.- Medidas provisionales en caso de ausencia 196.- Declaración de la ausencia 197.- Presunción de muerte

CAPÍTULO ÚNICO

PATRIMONIO DE FAMILIA

198.- Importancia y concepto 199.- Caracteres 200.- Constitución, ampliación y disminución 201.- Extinción

CAPÍTULO ÚNICO

LAS PERSONAS JURÍDICAS

202.- Concepto 203.- Clasificación 204.- Capacidad 205.- Creación 206.- Funcionamiento 207.- Extinción

SECCIÓN III

TEORÍA DEL PATRIMONIO

CAPÍTULO I

PATRIMONIO Y PERSONA

208.- Relaciones entre persona y patrimonio 209.- Concepto, caracteres y elementos del patrimonio 210.- Derechos patrimoniales y no patrimoniales 211.- Derechos reales y derechos de crédito

CAPÍTULO II

LAS COSAS Y LOS BIENES

212.- Las cosas como materia de las relaciones jurídicas 213.- Los bienes, su concepto 214.- Clasificación de los bienes 215.- Los bienes considerados en sí mismos 216.- Los bienes considerados según las personas a quienes pertenecen

CAPÍTULO III

LOS DERECHOS REALES

217.- Concepto 218.- Caracteres de derecho real 219.- Comparación entre los derechos reales y de crédito 220.- Clasificación de los derechos reales

CAPÍTULO IV

LA PROPIEDAD

221.- La propiedad, su concepto y justificación 222.- Caracteres del derecho de propiedad 223.- Modos de adquirir la propiedad 224.- Ocupación 225.- Accesión 226.- Enajenación 227.- Prescripción adquisitiva 228.- Herencia 229.- Otros medios de adquirir la propiedad

CAPÍTULO V

LOS DESMEMBRAMIENTOS DE LA PROPIEDAD

230.- Los derechos reales distintos de la propiedad 231.- El usufructo 232.- El uso 233.- La habitación 234.- Las servidumbres 235.- Derechos reales de garantía

CAPÍTULO UNICO

LOS DERECHOS DE AUTOR

236.- Concepto 237.- Protección de los derechos de autor 238.- Clasificación de las obras protegidas por la ley

SECCIÓN IV

TEORÍA DE LAS OBLIGACIONES

CAPÍTULO I

GENERALIDADES

239.- Definición de la obligación 240.- Elementos de la obligación 241.- Especies de obligaciones

CAPÍTULO II

FUENTES DE OBLIGACIÓN

242.- El contrato 243.- La voluntad unilateral 244.- Los cuasi-contratos 245.- Los actos ilícitos 246.- la ley 247.- El acto y el hecho jurídicos como fuentes de obligaciones

CAPÍTULO III

MODALIDADES DE LAS OBLIGACIONES

248.- Obligaciones condicionales 249.- Obligaciones a plazo 250.- Obligaciones simples y complejas 251.- Obligaciones divisibles e indivisibles

CAPÍTULO IV

TRANSMISIÓN DE LAS OBLIGACIONES

252.- Cesión de derechos 253.- Cesión de deudas 254.- Subrogación

CAPÍTULO V

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES

255.- Efectos de las obligaciones entre las partes 256.- Efectos de las obligaciones con relación a tercero

CAPÍTULO VI

EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES

257.- Modos de extinción de las obligaciones 258.- Pago 259.- Dación de pago 260.- Compensación 261.- Confusión 262.- Remisión 263.- Novación 264.- Pérdida de la cosa 265.- Término extintivo 266.- Prescripción extintiva 267.- Nulidad 268.- Resolución 269.- Rescisión 270.- Revocación

SECCIÓN V

LOS CONTRATOS EN PARTICULAR

CAPÍTULO I

GENERALIDADES

271.- Concepto 272.- Elementos 273.- Interpretación 274.- Efectos 275.- Clasificación 276.- Contratos preparatorios

CAPÍTULO II

CONTRATOS TRASLATIVOS DE DOMINIO

277.- Compraventa 278.- Permuta 279.- Donación 280.- Mutuo

CAPÍTULO III

CONTRATOS TRASLATIVOS DE USO

281.- El comodato 282.- Arrendamiento

CAPÍTULO III

CONTRATOS TRASLATIVOS DE USO

281.- El comodato 282.- Arrendamiento

CAPÍTULO IV

CONTRATOS COMO OBJETO DE LA GUARDA DE BIENES

283.- Depósito 284.- Secuestro

CAPÍTULO V

CONTRATOS QUE DAN ORIGEN A OBLIGACIONES DE HACER

285.- Mandato 286.- Contrato de prestación de servicios 287.- Contrato de obras a precio alzado 288.- Contrato de transporte 289.- Contrato de hospedaje

CAPÍTULO VI

CONTRATOS DE CONTENIDO VARIO

290.- Asociación 291.- Sociedad 292.- Aparcería 293.- Transacción

CAPÍTULO VII

CONTRATOS ALEATORIOS

294.- El juego y la apuesta 295.- La renta vitalicia 296.- La compra de esperanza

CONTRATOS DE GARANTÍA

297.- Generalidades 298.- Fianza 299.- Prenda 300.- Hipoteca

CAPÍTULO UNÍCO

EL REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD

301.- Organización 302.- Funcionamiento

CUARTA PARTE

DERECHO PENAL

SECCIÓN I

GENERALIDADES

CAPÍTULO I

LOS ELEMENTOS DEL DERECHO PENAL

303.- Derecho Penal 304.- El delito 305.- El delincuente 306.- La pena

SECCIÓN II

LAS PENAS Y LOS DELITOS EN PARTICULAR

CAPÍTULO I

PENAS Y MEDIDAS DE SEGURIDAD

307.- Penas privativas de la libertad, de los derechos y de las cosas 308.- Penas preventivas 309.- Penas pecuniarias

CAPÍTULO II

APLICACIÓN DE LAS SANCIONES

Y EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL

310.- Reglas generales sobre la aplicación de las sanciones 311.- Extinción de la responsabilidad penal

        CAPÍTULO III

ALGUNOS DELITOS EN PARTICULAR

312.- Delitos contra la seguridad de la Nación 313.- Delitos contra el Derecho Internacional / delitos contra la humanidad 314.- Delitos contra la seguridad pública 315.- Delitos en materia de vías de comunicación y de correspondencia 316.- Delitos contra la autoridad 317.- Delitos contra la salud 318.- Delitos contra la moral pública y las buenas costumbres 319.- Delitos cometidos por servidores públicos / Delitos contra la vida y la integridad corporal / delitos contra el honor 320.- Falsedad 321.- Delitos contra la libertad y el normal desarrollo psicosexual / delitos contra el estado civil y bigamia 322.- Delitos contra la paz y seguridad de las personas / Delitos contra la vida y la integridad corporal / delitos contra el honor 323.- Privación de la libertad y otras garantías 324.- Delitos contra las personas en su patrimonio 325.- Delitos electorales y en materia de Registro Nacional de Ciudadanos 326.- Delitos ambientales

QUINTA PARTE

ALGUNOS TEMAS DE DERECHO MERCANTIL

CAPÍTULO I

LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Y EL COMERCIO

327.- La actividad económica 328.- Las etapas del proceso económico 329.- El comercio y el proceso económico 330.- El comercio 331.- El comercio y su reglamentación jurídica

CAPÍTULO II

EL DERECHO MERCANTIL

332.- Definición del derecho Mercantil 333.- Relación del derecho mercantil con el civil 334.- Substantividad del derecho mercantil 335.- Aspectos subjetivo y objetivo del derecho mercantil 336.- Clasificación del derecho mercantil

CAPÍTULO III

FUENTES DEL DERECHO MERCANTIL

337.- Fuentes del Derecho Mercantil. Su jerarquización 338.- La ley mercantil 339.- Su jerarquización 340.- La jurisprudencia mercantil 341.- La costumbre y el uso mercantiles 342.- La doctrina mercantil 343.- Legislación mercantil especial

CAPÍTULO IV

EL ACTO JURÍDICO MERCANTIL

344.- El acto jurídico mercantil 345.- Clasificación de los actos de comercio 346.- Enumeración legal de los actos de comercio 347.- Aplicación del artículo 75 del Código 348.- Actos mixtos

CAPÍTULO V

LOS COMERCIANTES PERSONAS FISICAS

349.- Los sujetos de la relación mercantil 350.- Los comerciantes, personas físicas 351.- Condiciones exigidas por la ley para ejercer el comercio 352.- Capacidad 353.- Ejercicio 354.- Profesión 355.- Personas a quienes se prohíbe ejercer el comercio

CAPÍTULO VI

AGENTES AUXIIARES DEL COMERCIANTE

356.- La representación jurídica 357.- Loa auxiliares del comerciante 358.- Los corredores 359.- Las comisionistas 360.- Los factores 361.- Los dependientes 362.- Otros auxiliares del comerciante

CAPÍTULO VII

LAS OBLIGACIONES DE LOS COMERCIANTES

363.- Generalidades y enumeración 364.- la publicidad de la calidad mercantil 365.- El Registro de Comercio 366.- La contabilidad mercantil 367.- La correspondencia mercantil 368.- otras obligaciones del comerciante

CAPÍTULO VIII

LOS COMERCIANTES, PERSONAS JURÍDICAS

369.- El comerciante como persona jurídica 370.- Sociedades Civiles y sociedades Mercantiles 371.- El contrato de sociedad 372.- Especies y clasificación de las sociedades 373.- Personalidad jurídica de las sociedades

CAPÍTULO IX

EL CONTRATO DE SOCIEDAD MERCANTIL

374.- Elementos del contrato de Sociedad 375.- La voluntad de las partes 376.- El objeto, materia de contrato 377.- El fin del contrato de sociedad 378.- La forma del contrato de Sociedad 379.- Requisitos del contrato de Sociedad

CAPÍTULO X

EL CONTRATO DE SOCIEDAD MERCANTIL

(REQUISITOS SECUNDARIOS DEL CONTRATO) CONTINUACIÓN

380.- Sistema de administración 381.- El sistema de distribución de utilidades y pérdidas 382.- La integración de los fondos de reserva y previsión 383.- Causas de disolución de la sociedad 384.- El sistema de liquidación

CAPÍTULO XI

LAS COSAS MERCANTILES

385.- Generalidades 386.- Concepto de la mercancía 387.- El fondo de comercio 388.- Las patentes 389.- Las marcas, nombres y avisos comerciales 390.- Los buques 391.- El dinero

LO TÍTULOS DE CRÉDITO

392.- Generalidades 393.- Concepto 394.- Caracteres 395.- Especies 396.- Títulos nominativos 397.- Transmisión de los títulos nominativos 398.- Títulos al portador 399.- Su transmisión 400.- Pago de los Títulos

Índice alfabético

FICHA TÉCNICA:

1 Libro

456 Páginas

En formato de 16.5 por 23.5 por 3.5 cm

Pasta dura en color

Primera edición 1944

47ª Edición

ISBN 970073708X

Autor Efraín Moro Salazar y

José Miguel Soto

EDITOR PORRÚA

 

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POR EXISTENCIAS EN:

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Celular:

6671-9857-65 

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